Según la organización alemana, Bündnis gegen Cybermobbing, cerca del 17% de todos los alumnos han sido víctimas de ataques de ciberacosos (a.k.a. cyberbullying en inglés). Un tipo de maltrato que salió del aula y el patio de la escuela para quedarse en Internet.
Por otra parte, Una investigación realizada por Kaspersky Lab en cooperación con psicólogos especialistas en medios de la Universidad de Wuerzburg indica que uno de cada cinco adolescentes entre 12 y 15 años ha sido sujetos al ciberacoso. Esta es una etapa de desarrollo fundamental en la vida de un adolecente; ya que los niños se acercan a la pubertad y empiezan a pasar más tiempo en línea.
Sin duda, con dichas sentencias, a los niños hay que enseñarles acerca del uso responsable de la tecnología. Deben desarrollar un sentido de moralidad cuando se comunican con otras personas en línea, de la misma manera que lo hacen cuando interactúan en persona. Con esto reducirá la posibilidad que sean parte de uno o varios ciberdelitos o ciberacosos.
«El diálogo es muy importante para los niños pequeños victimas del ciberacoso. Si su hijo es una víctima, recuérdele que no está solo. Es un problema que enfrentan muchos niños. Existe incluso una gran cantidad de celebridades que han sufrido y han hablado abiertamente acerca de sus experiencias”. (Dra. Astrid Carolus, especialista en medios, de la Universidad de Wuerzburg)
¿Los ciberacosos son peores que los tradicionales?
Aunque el ciberacoso no implica violencia física, hay evidencia que sugiere que el acoso cibernético es aún más intenso que el acoso escolar tradicional por las siguientes razones:
- Es anónimo. Debido a que los ciberacosos pueden permanecer sin rostro en un ambiente en línea oculto, es más difícil establecer la identidad de los agresores y demostrar quién es finalmente el responsable. Esto también significa que los agresores están menos conectados emocionalmente con el daño que causan y entonces pueden llevar las cosas aún más lejos.
- Es difícil escaparse. Hoy en día, la mayoría de las personas tienen acceso al Internet y toda la información humillante que se almacena en línea, teóricamente puede estar disponible para todas las personas y para siempre.
- En línea todo el tiempo. Es más difícil escapar de los ciberacosos porque se puede entrar en contacto con las víctimas a través de las computadoras o teléfonos inteligentes en cualquier momento y desde cualquier lugar.
- Es más invasivo que la interacción cara a cara. Los agresores y las víctimas no se pueden ver uno al otro. Por consiguiente, no pueden ver las expresiones faciales de sus interlocutores, gestos o comportamiento espacial. Los agresores están más desconectados emocionalmente del daño que causan y como resultado están menos preocupados por los sentimientos y opiniones de los demás.
El problema se agrava porque dos de cada tres niños consideran el acoso cibernético un verdadero problema, pero pocos de ellos le informan a un adulto de confianza si están siendo víctimas del ciberacoso.