En su tercer capítulo, el podcast de «Los Resistidos» —espacio que une a OhMyGeek!, SuperGeek y TecnoClips— analizó cómo Huawei pasó de ser un gigante de la telefonía móvil a una marca que lucha por mantenerse vigente, especialmente en Chile. El impacto del veto impuesto por el gobierno de Donald Trump en 2019 sigue presente, marcando un antes y un después tanto para el negocio global como para su imagen local.
La ruptura con Google dejó a Huawei sin acceso oficial a Android y a sus servicios móviles. Aunque la marca aseguró mantener el soporte en los modelos ya vendidos, la percepción de que los nuevos equipos no eran ‘completos’ se instaló con fuerza. En Chile, donde Huawei venía de campañas de alto perfil, como su vieja alianza con Alexis Sánchez, la reacción del público fue inmediata. Los equipos se vendieron rápido por miedo a que quedaran obsoletos, pero luego vino el estancamiento.
A pesar de anunciar Harmony OS como su nuevo sistema operativo, Huawei continuó ofreciendo formas de instalar servicios de Google por vías paralelas. Esto generó un mensaje contradictorio: por un lado, buscaban independencia tecnológica, pero por otro, dejaban a los usuarios depender del ecosistema que supuestamente querían reemplazar. Según el análisis del programa, esto no fue una decisión de Huawei Chile, sino una política aplicada en varias regiones fuera de China.
La actualidad de Huawei
En el mercado chileno, la estrategia reciente ha sido publicitaria. Huawei intensificó su presencia en redes sociales y contrató embajadores como el doctor Sebastián Ugarte. Sin embargo, la campaña fue criticada por enfocarse en equipos de gama alta con precios que no se condicen con la falta de los servicios de Google. La respuesta en redes fue mayormente negativa y el market share de la marca en Chile se ubica en torno al 2,5%.
Donde sí logró mantenerse es en la línea de accesorios. Dispositivos como relojes inteligentes y bandas de salud —algunos capaces de medir presión arterial— han ayudado a conservar su visibilidad. Esa gama de productos no depende tanto del software bloqueado y ofrece funciones competitivas que otras marcas aún no replican con igual detalle.
Huawei no desapareció. La empresa sigue operando, invierte en I+D y lanza productos. Pero su narrativa, marcada por ambigüedades y contradicciones, le ha impedido reconectar con los usuarios más allá de los entusiastas. «Los Resistidos» concluyeron que el problema no es técnico: es comunicacional. Huawei tiene con qué competir, pero necesita decidir si va a romper con el pasado o seguir escondida detrás de él.