Desde esta mañana se ha comunicado de forma equívoca la idea de hacer un ‘seguimiento de celulares’ para evaluar el desplazamiento de los ciudadanos. En tiempos donde las cuarentenas han sido cuestionadas por su efectividad, además de la circulación vehicular en Santiago que no ha disminuido como todos esperan.
Primero el ministro de Salud, Enrique Paris, dijo en una entrevista que «tratarán de disminuir la movilidad», y para ello podrían pedir ayuda a las compañías de teléfonos y así controlar la misma. Todo basándose en un seguimiento de los teléfonos «como se hizo en Corea» (explicó). La periodista que lo entrevistó le consulta la tecnología que ocuparía: «¿por el GPS?» Y el ministro responde: «efectivamente».
Esto encendió las alarmas por invasión a la privacidad y el trato de los datos personales, cuestión que el propio ministro recalcó que «no queremos identificar a las personas» y que hoy, para el anuncio diario de la evolución del Coronavirus en Chile, la ministra de Transportes y Telecomunicaciones, Gloria Hutt, iba a ser partícipe de un anuncio sobre movilidad.
Estudios y seguimiento de celulares
¿Y qué pasó hoy en el informe diario sobre COVID-19? Se generó una situación de confusión e innecesaria mezcla de acciones y reportes que están haciendo privados y entidades públicas de forma independiente.
Primero la ministra Hutt fue únicamente a dar un balance respecto al comportamiento del transporte y los usuarios en estos, pero no a anunciar sobre un plan para disminuir la movilidad en base a observar celulares. En eso el ministro Paris cometió su primera falla.
Por otro lado se invitó a la conferencia a Fernando Rojas, Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo (UDD), quien fue a comentar que entregaron un estudio al ministerio de Salud que desarrollaron en conjunto a Telefónica y Cisco. Uno de los tantos análisis sobre movilidad con datos anonimizados que han hecho con anterioridad en base a la data philanthropy.
Recordemos que Telefónica -junto a la UDD- llevan años trabajando en análisis de datos. Específicamente desde que se creó el Instituto de Data Science en 2016.
Este anuncio confundió a muchos, incluyendo a la prensa, generando la idea de hacer una persecución por parte del ministerio de Salud, apoyándose en el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, e indirectamente metiendo a las empresas de telefonía dentro del mismo saco. Y el estudio presentado por Rojas no tenía que ver con todo eso.
Posteriormente en la ronda de preguntas le consultaron a la ministra Hutt si evaluaba la opción de hacer una aplicación móvil para hacer seguimientos. Fue recién -en ese momento- cuando se aclaró que eso era parte de un análisis que el propio ministerio de Salud debe definir (y no ellos).
Incluso se dio la instancia para aclarar el segundo error del ministro Paris cuando mencionó el caso de Corea del Sur. Ya que el seguimiento, en dicho país, se hizo a través de una App en conjunto a brazaletes que los ciudadanos estaban obligados a usar para informar su estado de salud y cumplimiento de su cuarentena.
El resto de las acciones hechas por el gobierno coreano que incluye el espionaje por cámaras de seguridad, las transacciones de tarjetas de crédito, información de viajes, entre otros, es altamente cuestionable, pero sale de esta discusión en particular.
Finalmente sobre el estudio de movilidad que hizo la UDD, en conjunto a Telefónica y Cisco, lo pueden ver a continuación. Incluyendo la metodología que es en base a registros anonimizados, utilizando la triangulación de antenas (y no GPS) entre el número de viajes y registros que quedan en la conexión con las distintas antenas.
Lo que pase con alguna App móvil que el gobierno desee crear, o cualquier otra medida de seguimiento de celulares, es algo que el ministerio de Salud (solos o con otra cartera) deberá plantear en el tiempo que estimen conveniente.
Incluyendo lo que implica legalmente una acción así, además del resguardo de la información personal y la privacidad. Y por supuesto viendo qué niveles de efectividad podría tener una solución de esta índole en la planificación del control sanitario. Recordemos que aunque exista una tecnología en particular, no es suficiente justificativo para implementarla ‘porque sí’, o sin hacerlo con una debida premeditación.