Con el nombre «DroneDog», el robot cuadrúpedo desarrollado por la empresa Asylon se ha convertido en una opción para tareas de vigilancia automatizada en entornos donde la seguridad debe ser constante. Asylon utiliza el robot «Spot» de Boston Dynamics y lo adapta para funciones de patrullaje, añadiéndole sensores, cámaras y su propio software de comando llamado Guardian, con el que lo convierte en un sistema de seguridad listo para trabajar.
DroneDog fue diseñado para realizar recorridos de vigilancia en zonas que pueden ser de riesgo para humanos o perros reales. Cuenta con sensores avanzados, cámaras térmicas y visión nocturna, y ha sido desplegado para detectar sustancias peligrosas como químicos o gases. Su autonomía le permite operar durante noventa minutos continuos, incluyendo la capacidad de conectarse automáticamente a estaciones de carga sin intervención humana. En casos críticos, puede trabajar junto a drones para ampliar el monitoreo desde el aire.
Tecnología y despliegue de DroneDog
Los robots ya han sido desplegados en instalaciones industriales, campus corporativos, plantas de manufactura y eventos masivos. Uno de sus usos más visibles ocurrió durante las patrullas de seguridad en el circuito del Indianapolis 500, donde colaboró en tareas de detección de amenazas y control perimetral. También se ha utilizado en el estadio Mercedes-Benz en Atlanta para vigilancia nocturna.

Todas las operaciones de estos sistemas se supervisan en tiempo real desde el centro de operaciones de seguridad robótica de Asylon (RSOC), activo las 24 horas. La empresa afirma haber superado las 100.000 millas recorridas por su flota de DroneDog en sitios de clientes, registrando más de 2.000 incidentes de seguridad en tiempo real.
El origen del proyecto
Asylon fue fundada en 2015 por Damon Henry, Adam Mohamed y Brent McLaughlin, ingenieros aeroespaciales formados en el MIT. La idea nació tras el anuncio de Amazon sobre su sistema de entrega por drones. Desde entonces, la compañía ha trabajado en automatizar tareas de seguridad mediante robots terrestres y aéreos. Su primer cliente fue Ford, y tras un inicio difícil lograron contratos con empresas Fortune 500 y agencias gubernamentales.
Este perro robot también responde a una demanda creciente de alternativas tecnológicas ante la escasez de personal humano para seguridad y los altos costos del resguardo físico. Asylon ha ampliado su equipo a más de 60 personas y sus sistemas ya operan en al menos quince estados de Estados Unidos. Y sin duda —de cierta forma— nos hace imaginar un futuro, como lo expuesto en el capítulo «Metalhead» de Black Mirror, con perros robots que quieren destruir la humanidad. ¿O es muy apocalíptico verlo así?