Un grupo de investigadores ha descubierto algo que, para algunas personas, el simple hecho de ver la portada de un libro de matemáticas puede ser tan doloroso como poner la mano en una estufa ardiendo.
Según los expertos, estas personas sufren de ansiedad matemática, una fobia que desencadena en el cerebro una respuesta similar al dolor físico.
El estudio, publicado el año pasado, revela que la experiencia dolorosa no ocurre en el momento de resolver un problema, sino antes de enfrentarse a él. Por ejemplo, al recorrer el pasillo antes de llegar a una clase de matemáticas, o mientras esperan a que el profesor coloque el examen sobre la mesa.
El estudio
Mediante imágenes por resonancia magnética, los investigadores analizaron la actividad cerebral de 28 estudiantes mientras resolvían tareas matemáticas y de ordenación de palabras. Previamente, completaron un test que medía su nivel de ansiedad matemática, y otro sobre ansiedad general.
“Niveles altos de ansiedad matemática predicen una mayor activación en la ínsula dorsal posterior –una región de la corteza cerebral relacionada con el dolor– cuando se anticipa una tarea matemática”, resumen los investigadores.
Sin embargo, los niveles de ansiedad matemática no se asociaron con ninguna actividad cerebral cuando los voluntarios estaban haciendo los ejercicios.
“Esa ansiedad en la infancia puede afectar a la educación posterior y a la elección de una carrera universitaria u otra”, advirtió Amy Devine, investigadora del Centro para la Neurociencia en Educación de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.
Los efectos de una fobia a las matemáticas
Aunque no lo creas, los efectos de una fobia a las matemáticas pueden tener efectos en nuestros hábitos de consumo. Otra investigación llevada a cabo en 23 países europeos a 157 000 personas adultas refleja que muchas veces los consumidores toman sus decisiones en función de sus emociones, por el miedo a sacar el cálculo.
Pero la fobia a las matemáticas no solo afecta a los adultos. En un estudio realizado a 433 escolares británicos de siete, ocho y diez años, determinó que los estudiantes con más ansiedad presentan resultados peores en las clases de matemáticas.
Lo anterior es confirmado por otro trabajo de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, donde los investigadores confirmaron que los niños que sufren de ansiedad matemática ven afectado su rendimiento.
¿A cuántas personas afecta?
Aunque no resulta sencillo saber qué porcentaje de la población sufre esta fobia, un estudio de la Universidad de Granada sobre 885 estudiantes estima que seis de cada 10 universitarios la padecen.
Asimismo, dicha investigación indica que las mujeres se ven mucho más afectadas que los hombres.
Pero ojo: No solamente los estudiantes pueden padecer esta enfermedad, sino que la misma puede ser experimentada por cualquier persona cuando alguien intenta poner al día la cuenta bancaria, o cuando trata de calcular la propina que debe dejar en un restaurante mientras otros le están mirando.
¿Qué hacer?
Llegada la edad adulta, resulta complicado tratar esta enfermedad. Es por ello que los expertos recomiendan tratarla o prevenirla en la infancia, algo que tampoco resulta sencillo, puesto que se desconocen las causas que la provocan.
Otros expertos aconsejan que se trate como cualquier otra fobia: que el alumno escriba las sensaciones que experimenta ante un problema matemático justo antes de resolverlo.
De hecho, la forma en que se enseñan las matemáticas en el sistema educativo podría ser responsable de las malas habilidades de los adultos.
Conocimientos más prácticos, útiles y aplicados podrían ayudar.
Las matemáticas pueden ser divertidas
Aunque muchos vean esto como algo absolutamente imposible, las matemáticas pueden ser divertidas. Acá les dejamos un par de canciones que muestran lo entretenido que puede llegar a ser esta materia.