En el cuarto episodio del podcast de los «Los Resistidos», Felipe Ovalle, Iván Coral y César Silva debatieron con franqueza sobre la actual posición de Chile en el ámbito de la tecnología de consumo dentro de la región. Lejos de su histórico liderazgo, coincidieron en que el país parece haber cedido terreno frente a vecinos como Colombia y Perú.
Hace apenas cinco años, Chile figuraba como referente tecnológico en Latinoamérica. Las marcas globales lanzaban productos en territorio nacional, y los medios locales participaban activamente en eventos internacionales. Incluso Huawei coordinaba desde Chile sus estrategias para toda Latinoamérica. Sin embargo, ese panorama cambió drásticamente.
Hoy, países como Perú y Colombia no solo muestran mayor dinamismo comercial, sino que atraen una inversión más sostenida en el ámbito de la tecnología. Un ejemplo claro: mientras Perú cuenta con 14 tiendas físicas de la marca Honor, en Chile no hay ni una. Además, marcas como Tecno, Realme o Infinix han logrado establecerse con fuerza en esos mercados, situación que contrasta con los reiterados fracasos que enfrentan en Chile.
El cambio no se limita a las vitrinas. La cantidad de periodistas y medios chilenos invitados a lanzamientos de marcas internacionales ha disminuido notablemente. Colombia y Perú duplican o incluso triplican la representación chilena en estos eventos, sumando además creadores de contenido con alcance masivo, algo que aún no despega en Chile.
Contenidos y las decisiones corporativas en tecnología
Una de las razones del retroceso chileno, según «Los Resistidos», tiene relación con el viraje que dieron las marcas tecnológicas tras el estallido social y la pandemia. Compañías como Samsung comenzaron a reducir su inversión en medios tradicionales, privilegiando influencers y creadores de contenido bajo una lógica numérica simple: más alcance por menor costo.
En este nuevo ecosistema, Chile parece no haber capitalizado la ola. A diferencia de Colombia, donde existe una explosión de generadores de contenido, o Perú, donde los medios aún tienen un rol central y —por ejemplo— reciben todos los equipos para review, en Chile no hay una estrategia clara. Los medios apenas sobreviven, y los influencers no logran alcanzar ni la cantidad ni la visibilidad de sus pares regionales.
Además, el consumo local de contenido especializado en tecnología es bajo. Los usuarios chilenos tienden a preferir canales extranjeros, especialmente mexicanos, lo que reduce aún más el impacto de las voces locales. Esto también contribuye a que marcas y agencias perciban menos valor en invertir en el país.
El deterioro también se observa en la falta de profesionalismo y profundidad de algunos contenidos. Errores graves de influencers regionales, como afirmaciones erróneas sobre cargadores de celulares, que a pesar de su inexactitud, suman miles de vistas sin ningún tipo de verificación.
De igual forma, Chile mantiene un consumo alto de productos tecnológicos y aún cuenta con tratados comerciales que facilitan el acceso, pese a que ha perdido protagonismo como hub regional. La falta de apuesta por medios especializados, la desconexión de las marcas con el ecosistema local, y la ausencia de figuras influyentes en el espacio digital han dejado al país rezagado frente a sus vecinos.