Jay Y. Lee, el presidente de Samsung Electronics, fue absuelto de todos los cargos en un caso que involucraba la fusión de dos filiales de la compañía en 2015, un evento que había sido ampliamente criticado y examinado por su posible diseño para fortalecer el control de Lee sobre el conglomerado tecnológico más grande de Corea del Sur.
La corte del Distrito Central de Seúl dictaminó que no había pruebas suficientes para demostrar que la fusión tuviera como único propósito asegurar la sucesión de Lee y afirmó que no se había cometido fraude contable ni manipulación de acciones, despejando a Lee de acusaciones que podrían haber profundizado las complicaciones legales para el líder empresarial.
El veredicto y sus implicaciones
Este fallo exonera a Jay Y. Lee de acusaciones serias, permitiéndole continuar liderando la empresa sin la sombra de posibles repercusiones legales. La decisión llega después de un largo proceso judicial que incluyó más de 100 audiencias y casi tres años de deliberaciones. La fusión en cuestión, que combinó a Samsung C&T y Cheil Industries, había sido criticada por supuestamente subvalorar las acciones de Samsung C&T, perjudicando a los accionistas y manipulando el mercado en favor de Lee.
Los críticos de la fusión argumentaron que esta maniobra estaba destinada a consolidar el control de Lee sobre Samsung Electronics, facilitando una transferencia de poder de tercera generación dentro de la familia fundadora de Samsung. Sin embargo, la corte encontró que no había evidencia suficiente para probar que la fusión tuviera la intención de dañar a los accionistas o que se llevara a cabo con malas intenciones.
Reacciones del entorno a Jay Y. Lee
La defensa del mandamás celebró el veredicto, agradeciendo a la corte por su juicio justo y destacando la legitimidad de la fusión. Mientras tanto, algunos observadores y críticos expresaron su decepción, cuestionando la capacidad del sistema judicial para responsabilizar a figuras poderosas y destacando preocupaciones sobre el proceso de recopilación de evidencia.
Este caso ha sido uno de los más destacados en la historia corporativa de Corea del Sur, por lo que representa en términos de gobernanza corporativa y la influencia de los «chaebols», los conglomerados familiares que dominan la economía surcoreana. La absolución de Jay Y. Lee refleja desafíos continuos en el equilibrio entre el poder corporativo y la justicia legal, un tema recurrente en la historia legal de Corea del Sur.
Jay Y. Lee había enfrentado previamente condenas por fraude y malversación en un caso separado, que también implicó a la expresidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, pero fue liberado bajo libertad condicional en 2021 y posteriormente recibió un indulto presidencial, lo que le permitió retomar un papel activo en la gestión de Samsung.