Fiscales surcoreanos del distrito de Suwon, han acusado al antiguo ejecutivo de Samsung Electronics de intentar utilizar datos robados para construir una fábrica de chips en China. Según la oficina del fiscal, este personaje ocupó su experiencia y autoridad en el campo de la fabricación de semiconductores para coludirse con grandes inversores de capital en China y Taiwán para establecer una compañía de fabricación de semiconductores en China y Singapur.
El plan para construir la fábrica de chips en China se frustró después de que el respaldo del acusado, supuestamente una compañía taiwanesa no revelada, cancelara una inversión de $6 mil millones de dólares en el proyecto. En su lugar, recibió capital de inversores en China y Taiwán para producir productos de chips de prueba basados en la tecnología de Samsung.
Este exempleado que no fue identificado, pero se sabe que tiene 65 años y trabajó 18 años en la compañía, ha sido acusado de «emplear indebidamente» datos de ingeniería de la fábrica de semiconductores de Samsung, así como su plano, descripción de los procesos de producción principales y dibujos de diseño. Los investigadores dijeron que el ejecutivo intentó utilizar esa información para construir una planta ‘duplicada’ en la ciudad china de Xi’an, a unos 1,5 kilómetros (una milla) de distancia de una fábrica de semiconductores de Samsung.
Más encima, el acusado es ampliamente conocido como el ‘mejor experto’ en la industria de fabricación de chips en Corea del Sur. Además, este habría reclutado a más de 200 trabajadores clave del sector tecnológico, tanto en Samsung como en SK Hynix en Corea del Sur, prometiéndoles altos salarios. Ahora, es apuntado por violar las reglas de competencia leal y la Ley de Protección Tecnológica Industrial, una ley destinada a proteger el poder tecnológico y la seguridad nacional del país.
Seis cómplices también han sido procesados y si el acusado hubiera logrado llevar a cabo su plan para construir la planta y producir en masa chips similares a los producidos por sus antiguos empleadores, habría causado un «daño irreparable» a la industria surcoreana del semiconductor, según los fiscales. Quienes también calcularon la información robada en aproximadamente 233 millones de dólares.