145.000 euros deberá pagar el gigante Google en Alemania debido a que el regulador alemán en Hamburgo, Johannes Caspar, decidiera condenar a la empresa norteamericana por recoger datos de las redes Wi-Fi de los usuarios a través de sus vehículos «Street View». Es decir, los que toman las fotografías para la plataforma de localización.
Este no es, para nada, el primer y último caso que Google debe enfrentar por culpa de Street View, solo que en esta oportunidad -y frente al alegato público- la compañía reconoció tomar sin querer datos sensibles de las redes Wi-Fi de los hogares de todo el mundo (en julio de 2012). Eso cayó mal para este regulador, quien encontró gravísimo el nivel de control interno que la compañía tiene frente a los datos de las personas comunes y corrientes. Información que para Caspar se traduce en correos, contraseñas, fotografías y protocolos de chat. Según informó él mismo a través de una declaración vía correo electrónico.