Un análisis de las temperaturas globales en 2023 reveló un aumento que alcanzó cerca de 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales (alrededor desde 1850). Este repunte ha sido atribuido a una reducción histórica en la cobertura de nubes bajas, fenómeno que intensificó la absorción de radiación solar por el planeta, según estudios científicos recientes.
Los datos satelitales de la NASA y modelos climáticos del Centro Europeo para Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo (ECMWF) mostraron que 2023 registró el nivel más bajo de albedo planetario desde que se tienen registros. El albedo, o capacidad de la Tierra para reflejar la luz solar, disminuyó principalmente debido a una reducción en las nubes bajas sobre las zonas tropicales y las latitudes medias del hemisferio norte, particularmente sobre el Atlántico Norte. Este fenómeno permitió que una mayor cantidad de radiación solar fuera absorbida por los océanos y la atmósfera, incrementando las temperaturas globales.
La disminución del albedo en el calentamiento global
El albedo del planeta depende de superficies brillantes como el hielo y las nubes, que reflejan la luz solar hacia el espacio. La desaparición de nubes bajas, identificada como un factor clave, eliminó un importante efecto de enfriamiento. Estas nubes, al reflejar una significativa cantidad de radiación, actúan como un regulador climático esencial. Su disminución intensifica el calentamiento global al reducir la proporción de energía reflejada fuera del planeta.
Además de la pérdida de nubes bajas, otros factores como el fenómeno de El Niño, el aumento de vapor de agua en la estratosfera y la reducción de aerosoles atmosféricos se han identificado como contribuyentes secundarios al reciente calentamiento. Sin embargo, ninguno de estos explica completamente el incremento de 0,2 grados Celsius en la temperatura global que quedó sin justificar en los modelos previos, siendo la caída del albedo el principal responsable.
La tendencia observada sugiere que el calentamiento global podría acelerarse en el futuro. La interacción entre la pérdida de nubes bajas y el incremento de temperaturas crea un ciclo de retroalimentación positiva, donde el calentamiento adicional dificulta la formación de nubes, exacerbando el problema.