Una pintura creada por el robot humanoide Ai-Da, titulada «A.I. God. Retrato de Alan Turing», fue subastada en Sotheby’s por $1.084.800 dólares, una cifra que superó ampliamente la valoración inicial estimada que tenía el retrato de entre $120.000 y $180.000 dólares. Este suceso, querámoslo o no, marcó un hito en la historia del arte contemporáneo al ser la primera obra creada por un robot humanoide en alcanzar tal valor en una subasta pública.
Esta pintura de Alan Turing, considerado uno de los padres de la computación moderna, mide 2,2 metros de altura. La obra combina tonos apagados y planos faciales fragmentados, reflejando las luchas asociadas con los avances tecnológicos. Turing, célebre por descifrar el código de la máquina «Enigma» durante la Segunda Guerra Mundial, diseñó una de las primeras computadoras digitales y planteó cuestiones éticas sobre el desarrollo de la inteligencia artificial.
Ai-Da en la pintura y la tecnología
Por su parte, el robot ‘artista’ fue diseñado por el especialista en arte contemporáneo Aidan Meller, y es capaz de crear pinturas y dibujos utilizando cámaras en sus ojos, algoritmos de inteligencia artificial y un brazo robótico especializado. El proceso creativo de la obra subastada involucró la recopilación de información visual de una imagen de Turing, a partir de la cual el robot definió los elementos estilísticos y texturales del retrato.
La obra fue parte de un políptico exhibido en la cumbre «AI for Good» organizada por las Naciones Unidas este año, destacándose como un catalizador para debates sobre el impacto de la tecnología en la creatividad y la sociedad. Ai-Da, en declaraciones posteriores a la venta (sí, porque también habla), afirmó que su objetivo es invitar al público a reflexionar sobre las implicaciones éticas y sociales de los avances tecnológicos. Sotheby’s describió el evento como un momento significativo en el mercado global del arte y la tecnología.
El comprador, cuya identidad no fue revelada, realizó la oferta ganadora tras una intensa puja que acumuló 27 ofertas. Y sin emitir juicios de valor, el acontecimiento ha suscitado debates sobre la naturaleza del arte en la era tecnológica, donde conceptos como creatividad y originalidad enfrentan nuevas definiciones.