La compañía Plenty Unlimited inauguró la primera granja vertical de fresas a gran escala en Richmond, Virginia, donde proyecta producir más de 4 millones de libras (1,8 millones kilogramos) de fresas al año. Esta granja vertical, llamada «Plenty Richmond Farm», ocupa menos de 40.000 pies cuadrados y cuenta con torres de 9,1 metros de altura para maximizar el espacio y los recursos, logrando una producción que tradicionalmente requeriría amplias áreas de cultivo al aire libre.
La empresa se asoció con Driscoll’s, uno de los mayores distribuidores de fresas en Estados Unidos, quien aportará sus variedades genéticas para los cultivos. Las primeras fresas de esta granja vertical estarán disponibles en los supermercados locales a partir del próximo año.
Con un diseño modular y el uso de inteligencia artificial, la granja permite controlar de manera precisa el ambiente de cultivo. Los sistemas de IA gestionan temperatura, luz, humedad y otros factores esenciales para el crecimiento óptimo de las fresas. Este software analiza diariamente más de 10 millones de puntos de datos para ajustar automáticamente las condiciones, manteniendo así un entorno que simula el clima ideal de temporada, independientemente de factores externos. Esta tecnología de ‘agricultura agnóstica al clima’ evita la dependencia de polinizadores naturales, reemplazándolos con flujos de aire controlado.
Innovaciones de la granja vertical de fresas
La Plenty Richmond Farm destaca por su eficiencia en el uso de recursos, utilizando hasta un 97% menos de terreno y un 90% menos de agua en comparación con las prácticas agrícolas convencionales. Esta reducción es posible gracias al ambiente controlado y la proximidad de la producción al mercado de consumo, lo que también minimiza riesgos patógenos y la necesidad de pesticidas. Además, la estructura vertical y la tecnología modular de Plenty permiten concentrar la luz y los nutrientes en cada planta de manera uniforme, promoviendo un crecimiento consistente y de alta calidad.
La empresa ha invertido seis años en investigaciones y pruebas, realizando 200 ensayos para optimizar la producción de fresas en interiores, alcanzando un sabor y calidad de temporada durante todo el año. Este modelo de cultivo vertical se convierte una solución para reducir el impacto ambiental de la agricultura convencional y una alternativa para el abastecimiento local en zonas urbanas, siendo un avance en la diversificación de cultivos en entornos controlados.