Un juez de Estados Unidos dictaminó que Google ha estado explotando ilegalmente su posición para aplastar la competencia y sofocar la innovación. Este fallo, emitido por el juez de distrito Amit Mehta, concluyó que Google es un monopolista y ha actuado para mantener su control en el mercado de las búsquedas.
Cabe destacar que la compañía posee una cuota del 89,2% en servicios de búsqueda general, que se eleva al 94,9% en dispositivos móviles. El juez destacó que Google gastó más de 26.000 millones de dólares en 2021 para asegurar que su motor de búsqueda fuera la opción predeterminada en nuevos teléfonos y otros dispositivos tecnológicos.
La decisión allana el camino para un segundo juicio que determinará acciones correctivas, que podrían incluir la desintegración de Alphabet, la empresa matriz de Google. El juez Mehta señaló que la pérdida de acuerdos predeterminados afectaría significativamente los ingresos de Google. Por ejemplo, la pérdida del acuerdo predeterminado con Safari resultaría en una caída considerable de consultas y miles de millones de dólares en ingresos perdidos.
El negocio de las búsquedas
Google ha anunciado que apelará la decisión. Kent Walker, presidente de asuntos globales de Google, enfatizó que el fallo reconoce la calidad del motor de búsqueda de Google, pero concluye que no debería estar fácilmente disponible. Walker afirmó que Google seguirá enfocándose en ofrecer productos útiles y fáciles de usar.
El fallo representa un gran golpe para la empresa y su modelo de negocio, ya que su motor de búsqueda es la pieza central de su máquina de publicidad digital que generó casi 240.000 millones de dólares en ingresos el año pasado. La decisión también ha sido vista como una victoria histórica para los reguladores antimonopolio del Departamento de Justicia, que presentaron la demanda hace casi cuatro años.
El fiscal general Merrick Garland calificó el fallo como una victoria para el pueblo estadounidense, afirmando que ninguna empresa, por grande o influyente que sea, está por encima de la ley. La Casa Blanca también aplaudió la decisión, describiéndola como un triunfo para una Internet libre, justa y abierta a la competencia.
Este caso es uno de varios esfuerzos recientes de los reguladores federales para abordar los presuntos monopolios en la industria tecnológica, incluyendo demandas contra Meta, Amazon y Apple.