Hace solo unas horas nos enteramos de que BlackBerry acordó su venta al grupo financiero Fairfax Financial Holdings Limited (Fairfax) por US$4.700 millones.
«BlackBerry ha pasado por momentos difíciles en el último tiempo, pero tenemos una confianza plena en su recuperación», dijo Prem Watsa, CEO de Fairfax.
Para los que no saben qué es Fairfax, les contamos que es un holding de servicios financieros dedicado principalmente a las propiedades, los seguros contra accidentes, y la gestión de la inversión asociada.
Fairfax está liderado por su presidente y director general, Prem Watsa. Watsa prácticamente controla Fairfax, y sus estrategias de inversión están orientadas a las inversiones inteligentes.
«Podemos entregar valor inmediato a los accionistas, mientras continuamos con la ejecución de una estrategia a largo plazo en una compañía privada con un foco de entregar soluciones empresariales superiores y seguras para los clientes de BlackBerry en el mundo», recalcó Watsa.
Pero, ¿de dónde salió Fairfax?
Para hablar de la historia de Fairfax hay que hablar primero de la vida de su CEO.
V. Prem Watsa nació en 1950 en Hyderabad, India, donde años después se graduó del Indian Institute of Technology con una licenciatura en ingeniería química.
No obstante, sus intereses profesionales cambiaron luego de que en 1972 se fuera a vivir a Londres, Ontario, donde residía su hermano mayor.
En Canadá, Watsa obtuvo una Maestría en Administración de Empresas de la Universidad Occidental de Ontario.
La carrera profesional de Prem Watsa comenzó en 1974 cuando se unió a la Confederation Life Insurance Co., en Toronto, donde trabajó como analista de investigación de una cartera de valores para clientes de pensiones.
En 1983, con casi diez años de experiencia en su haber, Watsa firmó con GW Asset Management (Gardiner Watson), una empresa de gestión de activos en Toronto. Ahí Watsa se desempeñó como vicepresidente de gestión de activos.
En 1984, mientras trabajaba en Gardiner Watson, Watsa conoció a Francis Chou, otro inmigrante indio que llegó a Canadá en 1976 con sólo US$200 en el bolsillo.
La historia de Chou es muy similar a la de Forrest Gump, ya que su vida es prácticamente una odisea.
En un inicio, Chou trabajó como técnico reparador de teléfonos por siete años en Bell Canada. A finales de 1970, Chou se interesó en los temas de inversión como un hobbie.
Luego, en julio de 1981, Francis Chou -que lo único que tenía en su poder era su diploma de la escuela secundaria- creó un club de inversión en conjunto con siete compañeros de trabajo y US$51.000 en capital.
Para 1986, dicho capital había crecido alrededor de US$1,7 millones y el club de inversión original se convirtió en un fondo mutuo, llamado Chou Associates.
Chou dejó Bell Canada en 1984 y se convirtió en un analista de retail en GW Asset Management, donde conoció a Prem Watsa, con quien se unió para formar Fairfax Financial, como uno de sus inversionistas originales.
Lo de BlackBerry no es casualidad
La primera piedra de Fairfax se remonta a 1985, cuando Prem Watsa tomó el control financiero de una empresa llamada Markel Financial Holdings Limited. La compañía estaba casi en la bancarrota, y a pesar de que mucha gente la daba por muerta, el ejecutivo siempre sostuvo que la compañía valía la pena y que sólo necesitaba una inyección de capital.
Dos años después, en mayo de 1987, Watsa reorganizó Markel Financial Holdings Limited, y le cambió el nombre a Fairfax Financial Holdings Limited (FAIRFAX, abreviatura de “adquisiciones amistosas y justas”).
Desde entonces, Prem Watsa se ha desempeñado como presidente y consejero delegado de Fairfax (anteriormente Markel Financial Holdings). Hoy Watsa es dueño de aproximadamente el 10% de la empresa, y ello representa el 99% de su fortuna personal, al cual ha ido creciendo gracias al valor de la empresa.
Watsa es conocido por su adhesión al valor de inversión y por su filosofía de austeridad personal, a pesar de su riqueza. Otra cosa interesante acerca de Watsa y de Fairfax es que los principios rectores de la compañía están todavía intactos:
“La honestidad y la integridad son esenciales en todas las relaciones, y éstas nunca se verán comprometidas”.
Así que si por la víspera se saca el día, el futuro de BlackBerry podría ser mucho más prometedor de lo que muchos imaginan. Solo nos queda darle tiempo al tiempo.