Esta es -sin duda- una interesante estrategia propagandista que lleva años realizándose en terrenos fronterizos entre Corea del Sur y Corea del Norte. Se trata de parlantes gigantes que buscan persuadir a los habitantes que están próximo a los límites de ambos países. ¿Cómo? Sonando de día y noche con distinto mensajes e incluso música.
Todo comenzó en 1962, cuando los del sur querían responder los dichos de sus hermanos del norte y se les ocurrió utilizar estos parlantes para reproducir propaganda en contra del régimen de Kim Il-sung, abuelo del actual Kim Jong-un.
Corea del Norte también comenzó a utilizarlos y ambos países ocuparon esta técnica por 10 años hasta que firmaron un acuerdo el 4 de julio de 1972 que detuvo esta práctica. A continuación en 1980, volvieron a transmitir mensajes y en 2004 nuevamente llegaron a un acuerdo para cesar con las transmisiones desde ambos bandos.
El regreso de los parlantes gigantes
Después de 11 años, específicamente en agosto de 2015, Seúl decidió volver a transmitir utilizando estos parlantes después que soldados fronterizos murieran por culpa de minas antipersonales del norte.
La pelea sonora duró 15 días hasta que se realizó un tercer acuerdo el 25 de agosto que también terminó por romperse. Actualmente se realizan transmisiones -desde 2016- por parte de Corea del Sur, con mensajes sobre el clima, propaganda política, noticias internacionales que los del norte no pueden acceder e incluso música K-Pop (la cual está prohibida).
Las transmisiones comúnmente no paran. A lo mucho se descansa de 2 a 6 horas, pero la misión es clara: persuadir la población (militar y civil) del norte para que deserten y conozcan los beneficios económicos del sur. Es más, en los últimos días Corea del Sur transmite el mismo mensaje que relata sobre cómo el soldado desertor estará a salvo en el sur. Incluyendo música de bandas como ‘A Pink‘ o ‘Big Bang‘.
Aunque no lo crean los parlantes desde Corea del Sur pueden ser escuchados hasta 24 kilómetros desde la frontera hacia el interior de Corea del Norte. Eso durante la noche y 10 kilómetros durante el día. Esto significa que no sólo los soldados fronterizos pueden oírlos, sino también los ciudadanos de pueblos cercanos.
Si se preguntaban por Corea del Norte, sí, ellos también están transmitiendo mensajes. Más que nada condenando a sus vecinos, pero con una calidad de equipos tan deficientes que no llegan a impactar mucho al otro lado de la frontera.
ACTUALIZACIÓN [23 de abril de 2018]
El Ministerio de Defensa de Corea del Sur puso fin a estos parlantes. La medida fue anunciada a través de un comunicado.
«Apagamos las transmisiones con los altoparlantes (…) a partir de hoy para aliviar las tensiones militares y crear un ambiente pacífico antes de la cumbre intercoreana de 2018».