La filial india de Vivo enfrenta un escrutinio creciente tras la detención de dos empleados de alto rango por la Agencia de Lucha contra el Crimen Financiero de India. Estas detenciones se suman a las de cuatro ejecutivos de la empresa, incluyendo un ciudadano chino, arrestados —en octubre pasado— en un caso de presunto lavado de dinero, acusaciones que Vivo ha negado.
India ha intensificado la vigilancia sobre las empresas chinas desde el conflicto fronterizo de 2020. Vivo, en respuesta a las acciones de las autoridades, ha expresado su alarma y ha declarado su intención de enfrentar estas acusaciones por medios legales. Los empleados detenidos fueron presentados ante un tribunal en Delhi y están bajo custodia de la agencia. La próxima aparición en el tribunal de estos prisioneros, se encuentra programada para el 26 de diciembre.
Ejecutivos de Vivo respaldados por China
China ha respondido a estos arrestos ofreciendo asistencia consular a los ejecutivos detenidos y ha instado a India a no discriminar contra las empresas chinas. Este desarrollo marca un punto de tensión en las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambas naciones, destacando un ambiente de incertidumbre para las empresas chinas que operan en este país.
La situación de Vivo es un reflejo de las dinámicas cambiantes en el comercio y la inversión internacional, especialmente en el contexto de las relaciones entre India y China. La evolución de este caso será un indicador clave de cómo se manejarán las operaciones comerciales y las inversiones extranjeras en un entorno geopolítico complejo.