La empresa de vehículos autónomos, Zoox, inauguró una planta de producción de 220.000 pies cuadrados en Hayward, California, diseñada exclusivamente para fabricar su flota de robotaxis autónomos. En esta etapa inicial, la compañía ensambló un modelo por día con ayuda de humanos y robots, aunque proyectó alcanzar una capacidad de hasta 10.000 unidades al año a medida que escale su operación. Este anuncio es un paso concreto para desplegar un servicio de transporte autónomo comercial, que comenzará en Las Vegas antes de fin de año, seguido por San Francisco, Austin, Miami, Los Ángeles y Atlanta.
La nueva instalación, ubicada cerca de la sede de la compañía en Foster City, funciona como punto central para integrar software, componentes físicos y realizar pruebas. Las unidades se ensamblan con piezas de proveedores como Bosch y ZF, y paneles de carrocería importados desde Italia. A largo plazo, Zoox planificó adaptar la línea de producción para distintos modelos autónomos sin necesidad de rediseñar por completo la fábrica. Los humanos llevan la carga principal del ensamblaje, mientras que los robots automatizan tareas específicas, como el transporte interno de vehículos o la aplicación de adhesivos para ventanas.
Tecnología y diseño desde cero para un robotaxi
A diferencia de otros actores del sector que modifican autos convencionales, Zoox apostó por desarrollar un vehículo autónomo desde cero. La compañía eligió una arquitectura simétrica y bidireccional: no tiene volante, ni pedales, ni espejos retrovisores, y su forma cuadrada recuerda a una cápsula. El interior incorpora asientos enfrentados estilo ‘carruaje’, con puertas deslizantes similares a las de los trenes. El vehículo puede circular a un máximo de 75 millas por hora, aunque está pensado para trayectos urbanos a velocidades menores.

Cada unidad incluye una red de sensores avanzados que combina 8 lidars, 10 radares, 18 cámaras, 4 sensores térmicos y 8 micrófonos. Esta combinación busca maximizar la detección de objetos y la seguridad operativa, incluso en condiciones adversas. Según la empresa, cada robotaxi puede operar hasta 16 horas continuas por día y alcanzar los 100.000 kilómetros de vida útil comercial. En palabras de su CEO, Aicha Evans, el objetivo es vender viajes, no vehículos, y ofrecer una experiencia de calidad a un precio competitivo.
La compañía calculó que una ciudad de tamaño medio podría requerir entre 500 y 1.000 unidades para cubrir la demanda diaria. En San Francisco, el sistema ya circula en pruebas sin conductor de seguridad, aunque aún no recibió autorización para operar servicios pagos. En paralelo, Las Vegas será el primer mercado donde se ofrecerán viajes comerciales al público, mientras continúa la expansión del programa piloto para usuarios tempranos.
Zoox, un contendiente directo a Waymo
Fundada en 2014 por Tim Kentley-Klay y Jesse Levinson, Zoox fue adquirida por Amazon en 2020 por más de 1.200 millones de dólares. Desde entonces, operó como subsidiaria independiente dentro de la división ‘Devices & Services’ del gigante tecnológico. Con un enfoque basado en desarrollar desde cero su plataforma de conducción autónoma, la empresa se posicionó como rival directo de Waymo, la filial de Alphabet (Google), y una alternativa a las promesas de Tesla en el mismo campo.
Mientras Waymo terminó apostando por adaptar vehículos existentes (en un principio no fue así) y Tesla promovió el uso exclusivo de cámaras y sensores de bajo costo, Zoox mantuvo su apuesta por un paquete de percepción robusto y diversificado. Sus directivos justificaron esta decisión alegando que la seguridad no puede depender de una sola fuente de datos y que su modelo de negocio —enfocado en el servicio y no en la venta de unidades— permite mayores inversiones por vehículo.
Zoox aseguró que sus pruebas actuales en calles abiertas ya se realizan sin intervención humana, tanto en la zona de la Bahía como en Nevada. Las autoridades federales, sin embargo, mantienen investigaciones activas sobre incidentes menores ocurridos con motociclistas, y aún evalúan algunas certificaciones regulatorias. Aun así, la empresa consiguió luz verde para circular con pasajeros en varias zonas, incluyendo su propio campus en Foster City y un área urbana en Las Vegas.
Con esta primera planta operativa a gran escala, Zoox dejó de ser un proyecto en desarrollo para convertirse en un actor con capacidad industrial real. En un sector donde las promesas abundan (sí, te lo decimos a ti Elon), la apuesta de Amazon por esta empresa mostró resultados tangibles. Y aunque Tesla mantiene una narrativa mediática fuerte, los expertos ya miran hacia Zoox como el verdadero contrincante de Waymo en la carrera por definir el futuro del transporte autónomo urbano en Estados Unidos.