Más adolescentes reconocieron haber pasado demasiado tiempo conectados a plataformas digitales, según la última encuesta realizada por el Pew Research Center y que compara a estudios realizados previamente —y también— por ellos. En detalle, El 45% de los jóvenes afirmaron que utilizó redes sociales en exceso, frente al 36% que lo dijo en 2022.
Esta percepción de uso en demasía de las redes sociales se elevó paralelamente a un mayor escepticismo sobre el impacto que tienen estos espacios en la salud mental de otros jóvenes. Mientras que en 2022 el 32% creía que estas plataformas perjudicaban mayormente a las personas de su edad, ese porcentaje aumentó a 48%. Pese a ello, solo un 14% de los adolescentes encuestados consideró que el efecto sobre ellos mismos era negativo.
Diferencias de percepción entre padres y adolescentes
El estudio se basó en encuestas aplicadas entre el 18 de septiembre y el 10 de octubre de 2024 a 1.391 adolescentes estadounidenses de entre 13 y 17 años, junto con uno de sus padres. Las respuestas mostraron una diferencia considerable entre las opiniones de adultos y jóvenes. El 55% de los padres se declaró «extremadamente» o «muy preocupado» por la salud mental de los adolescentes, en contraste con un 35% de los hijos. Mientras el 23% de los adolescentes afirmó «no estar demasiado» o «nada» preocupado por el tema, esa proporción fue apenas del 11% entre los padres.
La atribución de causas también varió entre ambos grupos. Casi la mitad de los padres encuestados que expresaron preocupación señaló a las redes sociales como el factor que más afecta negativamente a la salud mental de los adolescentes. Algunos mencionaron que estas plataformas generaban un entorno irreal o inalcanzable que alejaba a los jóvenes de su vida familiar. En cambio, los adolescentes ofrecieron una visión más matizada: aunque el 22% de ellos también identificó a las redes sociales como una influencia negativa principal, otros apuntaron al acoso —tanto en línea como presencial— (17%) y a las presiones sociales y académicas (16%).
Redes sociales como fuente de apoyo y conflicto
Pese a las críticas, las redes sociales también fueron validadas como espacios con efectos positivos. El 74% de los adolescentes manifestó sentirse más conectado con sus amistades a través de estas plataformas, mientras que un 63% dijo que le servían para expresar su creatividad. Además, el 52% aseguró que lo que veía en ellas lo hacía sentirse aceptado o con una red de apoyo en momentos difíciles.
Sin embargo, esas mismas plataformas fueron señaladas como perjudiciales para otros aspectos del bienestar. Un 45% de los adolescentes declaró que las redes afectaban negativamente sus hábitos de sueño, mientras que un 40% indicó que reducían su productividad. También hubo menciones de impacto en la confianza (19%) y la salud mental personal (19%), aunque más de la mitad de los encuestados afirmó que el efecto sobre su salud mental era neutro.
La experiencia difería por género. Un 25% de las chicas adolescentes consideró que las redes dañaban su salud mental, en comparación con un 14% de los varones. Las diferencias también se repitieron en áreas como el sueño, la confianza y las amistades. Por ejemplo, el 50% de las chicas dijo que su sueño se veía afectado por el uso de redes sociales, frente al 40% de los chicos.
Además del impacto emocional, las plataformas digitales fueron utilizadas como fuente de información. Un 34% de los adolescentes dijo buscar a veces contenidos sobre salud mental en redes sociales, y el 63% de este grupo afirmó que ese canal era una vía importante para acceder a dicha información. El uso de estas fuentes fue más común entre chicas (40%) que entre chicos (28%). A nivel étnico, los adolescentes afroamericanos encabezaron esta práctica, con un 49% diciendo que accedían a contenido relacionado con salud mental en redes, seguidos por adolescentes hispanos (35%) y blancos (30%).
En cuanto al uso del tiempo, el 44% de los adolescentes señaló que había reducido su tiempo en redes sociales, un aumento respecto al 39% del año anterior. El mismo porcentaje informó haber disminuido el uso del teléfono móvil. Las chicas lideraron esta tendencia: cerca de la mitad de ellas intentó reducir su exposición a pantallas, mientras que solo el 40% de los chicos reportó lo mismo.
Pese a estas reducciones, más de la mitad de los adolescentes afirmó no haber disminuido su uso de redes sociales ni de smartphones. La proporción que dijo pasar el tiempo adecuado en redes cayó al 49%, desde el 64% en 2023.
Por último, se observaron discrepancias en la disposición a hablar sobre salud mental. El 80% de los padres expresó sentirse muy cómodo discutiendo estos temas con sus hijos, pero solo el 52% de los adolescentes compartió ese nivel de comodidad. Cuando se les preguntó a los adolescentes con quién preferían hablar sobre salud mental, los amigos empataron con los padres como las opciones más comunes (48%). Sin embargo, menos de un tercio dijo sentirse cómodo hablando del tema con terapeutas o familiares distintos de sus padres, y apenas el 12% lo haría con un docente.