Un hombre con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) volvió a comunicarse gracias a una ‘interfaz cerebro-computadora’ (BCI por sus siglas en inglés) desarrollada por investigadores de UC Davis Health. El dispositivo, implantado en su cerebro, interpreta señales neuronales y las convierte en texto que es leído por un computador con el tono de su propia voz que fue clonada con inteligencia artificial.
El paciente, Casey Harrell, de 45 años, tenía dificultades severas para hablar debido a la progresión de la enfermedad. En julio de 2023, los cirujanos le implantaron cuatro microelectrodos en el giro precentral izquierdo, la región del cerebro encargada de coordinar el habla. La tecnología detecta la intención de movimiento de los músculos del habla y traduce los patrones cerebrales en fonemas y palabras en tiempo real.
Un sistema de alta precisión para pacientes con ELA
El dispositivo alcanzó una precisión del 97% en la decodificación del habla, una cifra superior a la de muchos sistemas comerciales de reconocimiento de voz. Durante la primera sesión de entrenamiento, logró un 99,6% de exactitud con un vocabulario de 50 palabras. Posteriormente, el sistema amplió su capacidad a 125.000 términos, manteniendo una precisión del 90,2% con solo 1,4 horas adicionales de entrenamiento.
Harrell ha utilizado el dispositivo en conversaciones espontáneas y dirigidas, tanto en persona como en videollamadas. Su voz sintética fue creada a partir de grabaciones previas a la enfermedad usando inteligencia artificial, permitiéndole recuperar un tono familiar para sus seres queridos. El propio paciente, en un video testimonial, indicó que esta clonación de voz: «hace llorar a la gente que no me ha escuchado en mucho tiempo».
El estudio, publicado en The New England Journal of Medicine, documentó 84 sesiones de prueba en 32 semanas, acumulando más de 248 horas de uso. Los investigadores destacaron la rapidez con la que el sistema aprendió a interpretar el habla del paciente y su potencial para mejorar la calidad de vida de personas con ELA.
«Es desesperante no poder comunicarte. Es como estar atrapado», comentó Harrell sobre su experiencia con la enfermedad. Los científicos de UC Davis Health continúan desarrollando esta tecnología con la esperanza de que en el futuro pueda beneficiar a más personas con parálisis o trastornos neurológicos severos.