No ha pasado ni una semana desde que Elon Musk comenzó la purga de empleados dentro de Twitter y ya hay una percepción de los que -aún tienen trabajo- de no ver con los mejores ojos la actual situación. Esto porque los despidos no se habrían realizado considerando cómo afectaría las operaciones de la plataforma, cuestión que lo hizo ver un ingeniero de Twitter en una entrevista para la revista del MIT.
El medio recoge lo que pudo conversar el periodista, Chris Stokel-Walker, con un ingeniero que sigue dentro de la compañía (sin revelar su identidad) y que muestra su preocupación por la desvinculación de sus compañeros que «mantenían al sitio corriendo correctamente». Además, indica que actualmente los ingenieros que quedaron se están llevando una carga mayor de trabajo, y este poco personal terminará agotándose. Incluso asegurando que ya lo están viendo a pocos días de asumir múltiples labores.
Mantener a Twitter corriendo, sin fallas, no es el único obstáculo para los ingenieros que quedaron. La fuente anónima también dice que mientras la compañía intenta regresar a una «apariencia de normalidad» los trabajadores también tienen que abordar los «caprichos» de Elon Musk para realizar nuevos productos y características, en lugar de mantener lo que ya está funcionando.
Esta persona menciona que se está generando una ‘deuda técnica’ mucho más rápido que antes. Y, como solución, la única forma que cree para corregir el problema es revirtiendo los despidos (cuestión que ya estaría ocurriendo). Es debido a esta misma ‘deuda técnica’ que va creciendo y con menos personal, que este trabajador imagina un ‘futuro distópico’ para la red social. Donde Twitter acumulará tareas de mantenimiento, fallas sin resolver y -por ende- comenzarán las problemas.
«Las cosas se romperán. Las cosas se romperán más seguido. Las cosas se romperán por periodos más largos y de maneras más severas. Todo se agravará hasta que, eventualmente, no sea utilizable».
Finalmente el ingeniero de Twitter contó que vio como despidieron a gente que llevaba más de 10 años trabajando en la compañía, y piensa que echarlos -así de simple- es algo ridículo para una empresa de tecnología. Cree que en esos individuos que fueron apartados, los años de conocimientos sobre cómo funciona el sistema, desaparecen con ellos.