Este es el asunto. Pasó lo que Huawei y Google querían evitar. No proveer de una versión de Android certificada y por ende con acceso a las aplicaciones y servicios de Google para el nuevo Mate 30. Cuestión que se conversó desde el primer momento que la administración de Donald Trump inició esta guerra comercial involucrando a la gigante china en mayo pasado.
¿En qué se traduce esto? Básicamente que el flamante nuevo buque insignia de Huawei corre una versión de Android 10 «Open Source». Sistema operativo que cualquiera puede usar, pero sin contar con el respaldo de Google para actualizaciones, desarrollo y la posibilidad de pre-instalar o utilizar aplicaciones como la Play Store, YouTube, Gmail, entre otros.
Más allá de los servicios propios de Google, el problema mayor es no poder contar con tienda de aplicaciones oficial del sistema operativo para que terceros distribuyan sus Apps. Para subsanar eso, Huawei permitirá descargar aplicaciones a través de su propio servicio y/o aplicación llamada «AppGallery».
¿Cuál es el lado feo de esto? AppGallery no es muy utilizada en occidente. No cuenta con aplicaciones más famosas o conocidas como WhatsApp, Facebook o Instagram y su catálogo en general no es ni comparable con el que actualmente posee la Play Store y ha construido por años.
Mate 30 y la carga de Apps populares
Independiente a que el nuevo celular de Huawei no tenga Google Play, podrías instalar aplicaciones usando el APK de cada servicio. El problema es la poca facilidad para que cualquier usuario del mundo pueda hacerlo, ya que se debe tener -sí o sí- cierto nivel de conocimientos técnicos.
Por otro lado, existe el peligro que aumente la búsqueda de aplicaciones fuera de la tienda de aplicaciones, usando buscadores externos y llevando a Webs que podrían ser creadas por cibercriminales para difundir malware camuflado entre los usuarios del Mate 30.
Saliendo de este feo escenario, Huawei insiste que buscará facilitar la instalación de nuevas aplicaciones de forma más transparente y amigable posible. Aunque -a la fecha- aún trabaja en una solución final de cara a la puesta en venta de este smartphone en lo que resta del año.
Además, la compañía, destinará 1.300 millones de dólares para el desarrollo de aplicaciones en AppGallery. Inyección de dinero que no garantiza el éxito. ¿Se acuerdan de Microsoft y sus intentos monetarios para el ecosistema de Windows Phone?