Hace 23 años atrás (1995) el ingeniero eléctrico chino, Duan Yongping, funda ‘BBK Electronics’. Una empresa que se ha movido siempre dentro de la industria de tecnología, fabricando videojuegos, discos compactos, reproductores mp3 e incluso audífonos.
Pero no fue hasta la irrupción del iPhone en 2007, cuando Yongping apuntó su negocio hacia los teléfonos inteligentes. ¿Pero cómo llegó a ser el tercer fabricante del planeta de smartphones?
El éxito de BBK
De esta empresa se puede decir que hoy es sólo una entidad ‘madre’ de muchas otras. Actualmente BBK Electronics es dueña de Oppo, Imoo y One Plus. Además está detrás de Vivo, marca muy exitosa que vende celulares en monstruosos mercados como el ruso, indio y chino.
¡Ah! Y como no destacar la llegada que tiene Oppo. Es actual patrocinador del FC Barcelona, desde septiembre de 2015, después de firmar un contrato de trabajo conjunto por 3 años.
Y es ahí donde radica el éxito de ventas. Oppo junto a Vivo -en 2016- registraron más de un 100% de crecimiento. Además las ventas combinadas de ambas empresas llegaron a los 199 millones de unidades en 2017.
Para que tengan en mente, Samsung lidera el listado de teléfono inteligentes con mayor volumen de ventas en el mundo con 317,7 millones de equipos. Le sigue Apple con 215,8 millones y en tercer lugar está la ya mencionada BBK.
Por qué suena tan poco su nombre
Oppo es evidentemente conocida en occidente, sobre todo gracias al Barcelona. El detalle es su empresa dueña. La misma BBK juega a un hermetismo extremo, a tal punto que ni sus más exitosos productos participan de Mobile World Congress. Es decir: Vivo y Oppo no van a esta feria mundial de móviles.
¿Será falta de interés? ¿No es su público objetivo? ¿o hay algo más?
Por otra parte, no tienen presencia digital. No hay Facebook, Twitter o Instagram de la dueña de One Plus. Ni siquiera su Web oficial tiene una versión en otro idioma que no sea mandarín. Sólo están presentes en Weibo (red social china) y WeChat (mensajería china).
Y acá comienzan los rumores:
Dicen (nada confirmado) que esta compañía fue financiada por el gobierno chino. Y esto no sólo tendría retribuciones monetarias a las autoridades locales. Si no de acceso a la información. Sobreexponer este eventual hecho, podría traer problemas. Como los que tiene Huawei actualmente con el gobierno estadounidense.
Por otro lado, están las licencias. Se sabe que los teléfonos de las distintas compañías de BBK, toman ‘prestadas’ las tecnologías de otros fabricantes. Eso supone de otro problema más, como lo que acaba de pasar con Xiaomi y la startup española ToT.
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Entonces, mientras Oppo, Vivo o Imoo se concentren en los grandes mercados como el ruso, el asiático e incluso el africano, podrían continuar trabajando a bajo perfil. Incluso sin la atención constante de la prensa occidental (sobre todo la norteamericana).
Considerando también que sus teléfonos -prácticamente- no buscan la gama alta. Quieren llegar a los consumidores con los ingresos más bajos de los países que se encuentran comercializando. A diferencia de un iPhone que puede costar cerca de $1.000 USD, un BBK costaría un poco más de $100.