En un informe publicado por un equipo del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), se estaría demostrando que los cigarrillos electrónicos, más que ayudar, estarían haciendo un daño superior. ¿Por qué? Básicamente porque estos tientan más a los jóvenes a que terminen fumando un cigarrillo real.
La información y dicha sentencia se basa en encuestas realizadas a los jóvenes. Estas dicen que más de un cuarto de millón de adolescentes que jamás fumaron, usaron un cigarrillo electrónico en 2013, tres veces más que en 2011. Por otra parte, entre los que habían probado cigarrillos electrónicos, casi se duplica las opciones de que probaran un cigarrillo común y corriente a diferencia de quienes nunca probaron un cigarro electrónico.
Expertos en sanidad creen que los cigarrillos electrónicos juegan en contra a los esfuerzos que Estados Unidos ha realizado para evitar que los jóvenes fumen. El problema mayor es que las normas de dicho país proponían la prohibición de estos productos a menores de 18 años, pero no restringía la venta de productos de sabores, las ventas online o la publicidad, cuestión que atraen a los chicos.
Recordemos que los cigarrillos electrónicos son tubos de metal reutilizables que tienen líquidos con nicotina y sabores alternativos. La nicotina -al fumar- se calienta y expele un vapor que no tiene alquitrán.
Entre los jóvenes no fumadores que habían probado los cigarrillos electrónicos, el 43,9% dijo que buscaría fumar cigarrillos convencionales en el próximo año, frente al 21,5% de aquellos que nunca habían usado estos cigarrillos.