Un estudio realizado por la Universidad de North Carolina en conjunto a la Universidad de York y a la Universidad tecnológica de Ontario, demostraron que los gamers no son sujetos introvertidos y poco sociales. En otras palabras que su actividad social no es menor, por ende la investigación reveló que los videojuegos promueve y benefician la vida social de sus usuarios. El informe también calificó a los jugadores solitarios como una minoría.
Los investigadores responsable indicaron que jugar era solo una parte de la interacción de los jugadores, pues al mismo tiempo hablan o chatean, expresan emociones, toman algo e incluso comparten experiencias.
La investigación consistió en analizar el comportamiento de 378 gamers en más de 20 eventos realizados en Gran Bretaña y Canadá, donde hubo especial atención en los juegos grupales. También se estudiaron las diferencias que mostraban los jugadores con los juegos online y los offline.