Para nadie es un secreto que Facebook ha cambiado muchos aspectos de nuestras vidas, entre ellos, las relaciones de pareja.
A quien no le ha pasado que entra a la página de inicio de la red social y ve muchos mensajes de parejas diciéndose lo mucho que se aman.
Lo anterior es evidente porque podemos ver cuando la gente escribe cosas de amor en el perfil de otro pero, ¿qué pasa cuando las parejas terminan? Pues sucede lo típico: Espiamos a nuestros ex.
Y aunque muchos tratan de evadirlo, activando la posibilidad de que no les llegue información de su ex pareja o, incluso, eliminándole de la lista de amigos, la verdad es que uno siempre siente esa necesidad de abrir el perfil del ex amante para ver qué está haciendo desde que terminaron.
Cualquiera que sea el método, es evidente que Facebook le facilitó a las personas el hecho de espiar a sus exparejas. La pregunta es: ¿Por qué lo hacemos?
Un reciente estudio de las especialistas Jesse Fox y Katie M. Warber, publicado por la BBC, trató de responder a esa pregunta.
La investigación reveló que posiblemente espiamos a nuestros ex por el alto nivel de ansiedad que sentimos al quedarnos «solos».
Según el informe, los individuos cuyas relaciones encajan en la categoría de la preocupación (que elevan a su pareja porque se sienten inferiores) y el miedo (que no gustan de las relaciones cercanas por el sufrimiento que implican) tienden más que otros a espiar a sus ex.
En cambio, los individuos cuyas relaciones estaban basadas en la confianza y la seguridad (que están cómodos consigo mismos y su pareja), y además tienen una percepción positiva de sí mismos no son tan propensos a espiar a sus ex.
Por otro lado, las expertas señalaron que aunque creas que espiar a tu ex te ayudará a calmar tu ansiedad, la verdad es que hacerlo más bien te generará mucha más.
Además, el estudio concluye que los usuarios que espian a sus parejas están más propensos a interpretar el contenido ambiguo en un sentido negativo, y que por es mejor no hacerlo.