Por el título de esta historia, casi da para una No-Noticia, pero la verdad es que es un tema serio que puede abrir la puerta a mucha investigación pendiente respecto a los vehículos autónomos. ¿Qué pasa con la detección de animales en carreteras?
Hemos visto que el desarrollo de estos automóviles está a pasos agigantados, con desastres en el camino como lo vivido con Uber en San Francisco hace unos meses, o la validación histórica de esta tecnología por parte de Google al crear Waymo. Ahora salgamos de la ciudad y veamos los desafíos en las caminos abiertos.
Autónomos vs Canguros
Volvo está haciendo pruebas de automóviles sin conductor en Australia hace bastante tiempo. Fue ahí donde encontraron un problema único con cierto mamífero propio de la geografía. Me refiero a los Canguros, animales bastante particulares sobre todo en cómo se desplazan.
El problema radica que la inteligencia artificial del vehículo autónomo no es capaz de comprender los brincos del canguro mientras avanza. Esto pasa porque el automóvil usa el suelo como punto de referencia para saber la distancia y posición de un sujeto u objeto en el camino. Entonces es confuso para él determinar qué tan lejos está el Canguro y así aplicar el freno.
David Pickett, técnico de Volvo en Australia, comenta que los próximos pasos son un poco complejos. Primero deben continuar mejorando la inteligencia del auto para que pueda identificar completamente al animal, tal como lo hace actualmente con los humanos. Entendiendo cómo caminan o qué tan alto son, incluso sabiendo si hay un Canguro sentado a la orilla del camino, entendiendo todas sus formas.
Y el problema mayor es que el Canguro brinca, no camina o corre, cuestión que tiene a los investigadores y desarrolladores del software aún tratando de resolver el problema. Sobre todo teniendo en consideración que en Australia se registran más de 16.000 choques -únicamente con este animal- al año.