Un vehículo ya no es solo una máquina para moverse. En este nuevo episodio de OhMyGeek! ECHO, nuestro entrevistado, Jaime Gil Toledo de General Motors Sudamérica, profundiza en si los automóviles son en verdad «computadoras con ruedas». Tanto Jaime, como nuestro Felipe Ovalle (Director de OhMyGeek!) señalan que la tecnología ha evolucionado tanto que los autos modernos no solo se basan en la ingeniería tradicional, también son plataformas conectadas con el ecosistema digital de las personas.
La discusión explica que los autos inteligentes funcionan de forma diferente a los hogares inteligentes. Mientras que en un hogar los dispositivos no se comunican entre sí, los sensores de un auto sí lo hacen, transmitiendo información a una computadora central. Un ejemplo de esto es que un sensor de lluvia puede enviar una señal para que el techo se cierre automáticamente.
Esto hace que la tecnología no se limita a pantallas o a la conexión de un teléfono. Abarca elementos como el envío de información sobre la situación del vehículo a un centro de atención para solicitar ayuda en un accidente, o la monitorización constante de las baterías en los autos eléctricos para prevenir problemas.
El cliente y la conectividad de los automóviles
Hoy, quienes compran un auto valoran la conectividad al decidir qué vehículo comprar. Un 63% de las personas considera la conectividad como un factor muy importante y hasta un 40% incluso cambiaría de marca si la oferta de conectividad no es la esperada. Por eso, las empresas automotrices tienen el desafío de comunicar estos avances a los consumidores. Los concesionarios y el material en video se han vuelto herramientas clave para educar a los clientes sobre cómo interactuar con las nuevas funciones de sus vehículos.
Con los vehículos transmitiendo información constantemente, la ciberseguridad se vuelve un tema crucial para evitar ataques. Además, los servicios de seguridad y asistencia como OnStar se integran al vehículo para ofrecer acompañamiento. Estos sistemas han servido de inspiración para servicios locales como el «antiportonazo», donde la tecnología y conectividad en los autos va más allá de un servicio, proporcionando no solo funciones, sino también protección.