La justicia francesa abrió una investigación penal contra la red social X por supuestas modificaciones en su algoritmo que habrían facilitado casos de manipulación en beneficio de potencias extranjeras. Las pesquisas comenzaron a raíz de dos denuncias presentadas en enero, una de ellas por el diputado Éric Bothorel, vinculado al oficialismo, quien alertó sobre cambios recientes en la plataforma tras la adquisición por parte de Elon Musk.
Según las denuncias, la plataforma habría reducido la diversidad de contenidos y opiniones, afectando directamente el entorno informativo en línea. Se cuestionó además la falta de transparencia sobre los criterios utilizados para alterar el algoritmo, así como las intervenciones directas del propio Musk en la toma de decisiones internas. Las acusaciones también incluyeron una presunta extracción indebida de datos de usuarios.
La manipulación de algoritmo con fines políticos y agitadores
Una segunda denuncia provino de un funcionario de seguridad informática del gobierno, quien señaló un aumento notable en la cantidad de contenido político con discursos racistas, homofóbicos y anti-LGBT+, lo cual, según afirmó, estaría distorsionando el debate democrático en Francia.
El Ministerio Público indicó que la investigación incluye delitos relacionados con la manipulación organizada de sistemas informáticos, clasificados en el país como ciberataques. Aunque por ahora no se ha aplicado la categoría legal de «injerencia extranjera», esta podría incorporarse conforme avance el caso.
También se investigan posibles vínculos con publicaciones recientes del chatbot de inteligencia artificial Grok, propiedad de X, que habría emitido mensajes antisemitas y racistas. Estas acciones motivaron a dos parlamentarios a elevar el caso al regulador digital francés Arcom.
A pesar de las críticas, la compañía defendió su política contra el discurso de odio, afirmando que el algoritmo busca evitar ese tipo de contenido. Sin embargo, desde la Unión Europea ya se venía observando con atención el rol de X, especialmente después de que Musk apoyara públicamente a partidos de extrema derecha, como el AfD alemán.
La plataforma enfrenta además una investigación en curso por parte de la Comisión Europea bajo el Reglamento de Servicios Digitales. De confirmarse las infracciones, X podría recibir sanciones económicas de gran magnitud.