La reconocida empresa de hardware, Intel, recortará miles de empleos como parte de una estrategia de reducción de costos para abordar las pérdidas y recuperar su participación en el mercado. Una situación que fue reporteada inicialmente por Bloomberg, quienes citaron fuentes cercanas al asunto. La compañía se encuentra en medio de una lucha para mantenerse competitiva en el mercado de semiconductores, enfrentando presiones significativas de rivales como NVIDIA y AMD.
El CEO de Intel, Pat Gelsinger, ha implementado una serie de inversiones en investigación y desarrollo para mejorar la capacidad tecnológica de la empresa y recuperar su posición en la industria de semiconductores. En octubre de 2022, Intel había anunciado un plan de reducción de costos que incluía recortes de personal, con el objetivo de ahorrar anualmente entre $8 mil millones de dólares y $10 mil millones de dólares para 2025. La empresa espera que los ahorros provenientes de estos recortes le permitan reforzar sus esfuerzos de recuperación en medio de una caída en sus ingresos y posición en el mercado.
Intel, que tradicionalmente diseñaba y fabricaba sus propios chips, ha estado expandiéndose en el negocio de la fundición, fabricando chips para otras empresas. Los analistas anticipan que los ingresos del segundo trimestre serán similares a los del año anterior, con una caída del 23% en el segmento de centros de datos y de inteligencia artificial. Además, la compañía trabaja para fortalecer sus capacidades de fabricación contratando a expertos de la industria, como Naga Chandrasekaran de Micron Technology.
Problemas recientes en Intel
Los problemas de la manufacturadora de hardware no se limitan únicamente a dificultades financieras. La empresa enfrenta un escándalo relacionado con sus CPU de 13ª y 14ª generación, que han presentado fallas constantes y pantallas azules de la muerte, especialmente durante tareas intensivas como los videojuegos.
La compañía confirmó recientemente que los problemas se debían a un manejo inadecuado del voltaje, lo que podría haber causado daños permanentes a los chips afectados. Intel planea lanzar una actualización de microcódigo a mediados de agosto para solucionar este problema, aunque esto no aborda el daño ya causado a las CPU.