Un equipo internacional de investigadores creó un implante de pene impreso en 3D capaz de restaurar la función eréctil y que actualmente ha funcionado en conejos y cerdos con daños en los tejidos responsables de la erección. La tecnología, basada en un modelo biomimético del órgano, permitió que los animales tratados lograran aparearse y reproducirse con éxito.
El estudio, publicado en Nature Biomedical Engineering, se centró en la impresión de estructuras que imitan el corpus cavernosum y la túnica albugínea, dos componentes fundamentales en la función eréctil. Los científicos utilizaron un hidrogel especial para replicar la capacidad de expansión del tejido durante la erección.
Además, incorporaron células endoteliales para mejorar la integración del implante con el tejido circundante. Los análisis posteriores revelaron que los tejidos dañados se regeneraron de manera efectiva en los animales con disfunción eréctil trasplantados, permitiendo una restauración total de la función eréctil y la capacidad reproductiva en pocas semanas.
Un pene impreso en 3D funcional
El miembro humano y animal es un órgano complejo, compuesto por redes de vasos sanguíneos y tejidos esponjosos que permiten la erección. La clave del desarrollo científico fue la impresión de una estructura que simula el corpus cavernosum, responsable del llenado de sangre durante la erección, junto con una réplica de la túnica albugínea, una capa fibrosa que mantiene la rigidez del órgano.
Los investigadores primero crearon un modelo detallado de estas estructuras, utilizando células extraídas de los propios animales para reducir el riesgo de rechazo inmunológico. Posteriormente, implantaron la estructura impresa en conejos y cerdos con lesiones en el pene.

¿Será posible para humanos?
Los resultados del estudio son un gran avance en el desarrollo de prótesis funcionales para tratar lesiones en el pene y trastornos como la disfunción eréctil y la enfermedad de Peyronie. Sin embargo, los científicos advierten que aún queda trabajo por hacer antes de que la tecnología pueda aplicarse en humanos.
Aunque el implante restauró la capacidad de erección y la fertilidad en los animales tratados, no reemplaza por completo estructuras como nervios y vasos sanguíneos más complejos. Finalmente, los investigadores sugieren que futuras versiones podrían integrar elementos que permitan la regeneración neuronal y la formación de redes vasculares más avanzadas.