Un reciente estudio ha encontrado que los hombres de mediana edad que informaron una disminución en la satisfacción sexual y la función eréctil a medida que envejecían también tendían a experimentar un mayor declive cognitivo al mismo tiempo. Los hallazgos sugieren que nuestra salud sexual está estrechamente relacionada con nuestra salud cerebral, aunque se necesita más investigación para comprender mejor este vínculo, dicen los autores del estudio.
En esta nueva investigación, liderada por científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania, el equipo tuvo acceso a datos que les permitieron seguir a las personas a lo largo del tiempo. Específicamente, analizaron datos de cientos de hombres mayores inscritos en el ‘Estudio de Envejecimiento de Gemelos de la Era de Vietnam’ (VETSA), un estudio en curso que está tratando de identificar los factores genéticos y ambientales que afectan el envejecimiento del cerebro de las personas. Más de 800 hombres fueron incluidos en el análisis del equipo, con una edad promedio de 56 años al comienzo del estudio. Estos hombres respondieron preguntas sobre sus vidas y se les evaluó su cognición y memoria en tres oleadas del estudio durante un período de 12 años.
La satisfacción sexual autoinformada por los hombres al comienzo del estudio no estaba vinculada a su función cognitiva inicial, encontraron los investigadores. Pero los hombres cuyas vidas sexuales comenzaron a disminuir con el tiempo a menudo experimentaron un declive en la memoria también. Los hombres que informaron disfunción eréctil también tendían a tener una peor función cognitiva al principio y durante todo el estudio.
«Cuando mapeamos la relación con el tiempo, encontramos que aumentos o disminuciones en la función eréctil y la satisfacción sexual estaban asociados con aumentos o disminuciones concurrentes en la función cognitiva», dijo el coautor principal Riki Slayday, candidato doctoral en Penn State, en un comunicado emitido por la universidad. «Estas asociaciones sobrevivieron al ajuste por factores demográficos y de salud, lo que nos dice que hay una clara conexión entre nuestras vidas sexuales y nuestra cognición».
Los resultados del equipo fueron publicados en el último número de la revista Gerontologist. Los estudios longitudinales son mejores que tipos similares de investigación para mostrar una asociación genuina entre dos factores: en este caso, la salud sexual y cerebral. Este estudio —por sí solo— no puede decirnos la dirección de esta relación. Es decir, si uno causa el otro o si ambos son influenciados por otro factor no contabilizado. Pero los autores tienen algunas teorías. Los hombres con vidas sexuales empeorantes pueden experimentar un mayor estrés como resultado, lo que podría afectar su salud cognitiva.