En estos días de crisis por distintos puntos del planeta, hemos detectado el uso excesivo de las denominadas «armas no letales» como balines de goma o bombas lacrimógenas. Estas últimas consideradas armas químicas que sólo pueden utilizarse por personal entrenado para disolver manifestaciones.
Los compuestos químicos más usados en el control de disturbios son cloroacetofenona (CN), agente chlorobenzylidenemalononitrile (CS), agente dibenzoxazepina (CR) y el Benzonitrilo (bromometil).
El componente químico del gas utilizado en Chile es el chlorobenzylidenemalononitrile (CS), el cual se encuentra autorizado por la normativa internacional.
Lo interesante de esta normativa, redactada en el Protocolo de Ginebra, es que el uso de lacrimógenas está prohibida en una guerra, pero sí en una manifestación. Y cuando se quieran utilizar para disolver una marcha, estas jamás deben ser ocupadas en espacios cerrados y sólo puede arrojarse posterior a un aviso sobre su utilización.
Pero, ¿pueden generar incendios las bombas lacrimógenas? La respuesta corta es sí.
Fuego y las bombas lacrimógenas
Según la propia descripción de los fabricantes de este tipo de armas químicas, las bombas no deben dispararse hacia el cuerpo. ¿La razón? Parece algo obvia, pero especificada por quienes las construyen: «pueden causar daños a propiedades, lesiones corporales graves o la muerte».
Por otro lado no pueden ser desplegadas sobre techos, interiores o espacios con vegetación porque pueden producir fuego. Independiente a que sean lanzadas con la mano o con una escopeta.
Sobre esta situación conversé con Mónica Krãuter, Química con un Magíster en Química Ambiental, Profesora titular del Departamento de Procesos y Sistemas de la Universidad Simón Bolivar en Venezuela y Doctora en Desarrollo Sostenible.
Escuchen lo que comenta la especialista, a continuación:
Ella, en su tesis doctoral donde investigó sobre el uso ético de bombas lacrimógenas en Venezuela, constató distintos casos donde estas generaban incendios. Básicamente, y tal como pudieron escuchar en el extracto de audio, debido a que las latas pueden llegar a estar tan caliente que alcanzan temperaturas superiores a los 100 grados centígrados.