CyberDay 2018 finalizó y una vez más sacaron la champaña en la Cámara de Comercio de Santiago (CCS). Esto considerando la única preocupación de esta identidad: cuánta plata ganaron.
Y sí, CyberDay Chile 2018 alcanzó un aproximado de 210 millones de dólares en compras totales, superando lo pronosticado y las cifras del CyberDay 2017, como así el último CyberMonday efectuado en el país.
El problema que, pese a lo que diga CCS, estamos muy lejos de tener un evento de comercio online que sea favorable para los consumidores.
Ojo, no me refiero únicamente a las ofertas ‘truchas’ o la poca inversión en infraestructura digital que aún afecta a varios ‘socios’ que se suman a esta iniciativa. Hay problemas mayores en accesibilidad y usabilidad de las plataformas.
Web del CyberDay
Ustedes saben que CCS no obliga a ninguna empresa a ser decente. Sólo propone ‘buenas prácticas’ a través de un manual que está adjuntado en un .PDF al final de su Web.
Para seguridad, certeza y transparencia, esta guía de conducta ética debiese ser algo primordial y absolutamente destacado por la Web del evento.
Con fácil acceso, lectura y por supuesto despliegue de tópicos para que la gente entienda cuáles son las labores que las Webs que participan deben lograr. Por puntos, no al lote en un documento plano.
Además, si vas a publicar las empresas en un listado con fotos cuadradas, mínimo que sean con un texto reconocible, la URL y un buscador por empresa o contexto comercial.
El despliegue de estas (durante la versión 2018) era un collage más inútil y feo que el que le dieron a Miguel Bosé en el Festival de Viña.
Esconder los otros productos
Varias empresas continúan haciendo una práctica muy odiosa. Esta es el crear un mini-sitio del evento, escondiendo el resto del catálogo y obligándote a ver sólo los productos que quieren deshacerse por sobre stock y están en ‘oferta’.
Esto no permite comparar con otros productos que la misma empresa vende para así identificar si las ofertas son buenas en base al modelo y características del producto frente a otros similares. Los cuales pueden ser comparados por generación, modelo o derechamente la versión de la compañía rival.
Por ejemplo, viendo una TV Samsung con descuento, contra una LG o Sony.
Las ofertas de los fabricantes
Algo interesante que me tocó ver este año, fue el reconocer que las verdaderas ofertas de productos de consumo masivo no lo tenía el gran retail. Más bien, el fabricante del equipo que no participa de CyberDay.
Por ejemplo esta estufa -Ursus Trotter- en Ripley la vendían con el precio de $84.990 CLP. Esta empresa retail sí era de las que participaban de CyberDay, pero ¿qué pasa con el fabricante de la estufa? Es decir, la mismísima Ursus Trotter.
Acá la cosa cambia. Ellos no participaron del CyberDay y tenían sus propias ofertas. A tal nivel que el precio ‘normal’ para ellos eran los $84.990 CLP de Ripley y la oferta quedaba en $69.990 CLP.
Moraleja: para el próximo de estos eventos, revisen la Web del fabricante. Probablemente sin participar, tendrá un real descuento.
Situaciones odiosas para comprar
Para no alargar más este compendio de errores, sólo terminaré con el esfuerzo que hacen algunas empresas por hacer la experiencia de compra más difícil.
Y frente a esto, algunos puntos a considerar:
- Compañías que no actualizan el stock de sus productos. Si alguien quería comprar, las Webs te llevaban sin retorno a la página de inicio sin ninguna advertencia que ya no quedaban más productos. Muchos terminaban preguntando por redes sociales si quedaba el artículo que querían comprar.
- Sitios que te obligaban a registrarte para escoger el tipo de despacho que querías para tu producto. ¡Impresentable! ¿Cuál es la idea? ¿Impulsar el comercio online o crear bases de datos?
- Y micro-sitios del evento que utilizaban los mismos módulos de una compra tradicional. Por ende incluían información desactualizada de los despachos o retiros de productos, no asociados al suceso en sí.