El medio austríaco «The Local» publicó (esta semana) una supuesta noticia recogida del también medio austríaco «Die ganze Woche«. Este contaba sobre una adolescente que demandó a sus padres por publicar fotos de ella en Facebook. Y no cualquier tipo de fotos.
Según el artículo serían más de 500 imágenes de la chica haciendo sus necesidades en una pelela o mientras le cambiaban el pañal. Hoy esta joven tendría 18 años y por ello tomó cartas en el asunto.
El relato recoge datos del abogado de la demandante, Michael Rami, quien comentaba que este caso judicial iba a tener repercusiones de cómo se trataban los derechos y privacidad de los niños por parte de sus padres.
¿Era una mentira?
Todo parecía una tremenda historia, hasta que el medio alemán «Morgenpost» decidió indagar un poco contra «Die ganze Woche«. Según los alemanes el medio austríaco hizo una publicación con pocos detalles. Después se dieron cuenta que el nombre de la joven usado en el artículo no era el real, por cuestiones de privacidad.
Además el abogado, Michael Rami, negó representar directamente a la joven y sólo habría sido contactado como un consejero por el medio. Esto se suma a otras contradicciones de la historia sobre todo con lo registrado en la corte que no tienen conocimiento de un caso similar en noviembre de 2015, tal como fue expuesto inicialmente.
Finalmente, Burkhard Trummer, el editor del semanal austríaco, dio una entrevista a otro medio alemán llamado «Frankfurter Allgemeine Zeitung«. Él insistió que la historia era verdad, pero no entregó evidencia que así fuese e incluso ha evitado las llamadas telefónicas por parte de sus compañeros de labores.
Independiente a la situación, sea verídica o no, genera discusión sobre los derechos y deberes que tienen los padres en sus hijos. Cuál es la línea entre lo ‘tierno’ y ‘desagradable’ en Internet o en redes sociales como Facebook, y cómo se debe respetar la privacidad que involucran a personas que son familia directa.
En otros países las leyes son estrictas respecto a la publicación de contenido de otro sin su consentimiento. Acá vemos una situación entre padres e hijos, pero eso no marcaría la diferencia si se trata de la integridad y/o una violación a los derechos de tener una vida personal.