Desde que las apps llegaron a nuestros smartphones, hemos vivido un cambio paulatino en muchos de los rituales a los que estaba acostumbrado el ser humano. Desde nuestras relaciones sociales a cómo nos manejamos para hacer la compra han experimentado tales cambios hasta el punto que a veces nos cuesta recordar cómo nos desenvolvíamos en el pasado.
Las apps han aparecido y se desarrollan a una velocidad de vértigo, adelantándose incluso a necesidades que ni siquiera sabíamos que existían. Pero como una clara necesidad es la de alimentarnos, algunas se han desarrollado para cambiar nuestros hábitos alimenticios de las comidas a domicilio.
Se acabaron las llamadas en espera y el limitarnos a cuatros restaurantes si estamos demasiado cansados para bajar a comprar algo. «PedidosYa» o «hellofood» quieren poner al alcance de nuestra mano comida diversa y deliciosa sin salir de casa. No importa si lo tuyo es el sushi, la comida italiana o una ensalada, con ellas tendrás acceso a un sinfín de restaurantes con delivery repartidos en tu área y podrás personalizar tus almuerzos con salsas u otros condimentos como si estuvieras comiendo en el restaurante. Gracias a aplicaciones como estas, nuestra comida a domicilio se ha hecho más interesante y variada, ayudándonos a salir de la típica pizza y la hamburguesa con papas fritas.
Igual que comer o respirar, el ser humano es social por naturaleza. Muchas apps han cambiado nuestros hábitos de reunión hasta el punto en el que muchos juegos de mesa se han convertido en aplicaciones para permitirnos jugar con cualquier persona y en cualquier lugar. Ejemplos de esto los encontramos en la posibilidad de jugar al Texas Hold’em con la app de «PokerStars«, con la que el juego de poker más popular de la mayoría de los casinos, pasa ahora a la pantalla del teléfono.
Este juego de cartas no ha sido el único que ha cambiado de ámbito, los juegos de rol, esos en los que varios se reunían en una casa para interpretar personajes dispares, han encontrado en los smartphones un medio de lo más reconfortante. El antiguo juego de «Wizards of the Coast«, «Dungeons & Dragons«, cambia de nombre convirtiéndose en «Lords of Waterdeep«. En el que se puede jugar hasta con 5 participantes sin conectarse a internet. Otro juego que no cambió su nombre es «Elder Sign: Omens«, un título inspirado en las historias del autor de terror «Lovecraft» y que ofrece una versión digital ágil y llena de suspenso.
No sólo las apps han causado cambiados en nuestros rituales alrededor del juego, la noticia de los 700 millones de usuarios alcanzados por «WhatsApp« en todo el mundo, ha vuelto a reafirmar algo que teníamos bastante aprendido: preferimos desarrollar nuestra vida social escribiendo en una aplicación que quedando o hablando por teléfono. Pero esta noticia, que ya parece casi información del pasado, es sólo el principio de nuevas aplicaciones que han dado un paso más y que han nacido para gestionar las ya conocidas apps de redes sociales. «Hootsuit«, «Banjo» o la recién llegada «Everypost«, son apps creadas para poder actualizar, en el mismo o en diferentes momentos, y desde una sola plataforma, nuestras cuentas de Twitter, Facebook, Linkedin, Instagram, Google+ entre otras.
Pero sin duda alguna, quizá el mayor cambio que nos ha podido traer una app es el de poder cambiar un aspecto tan importante de nuestra vida como es la salud y la asistencia médica. Nuevas aplicaciones para la detección temprana de enfermedades, para la gestión de dolencias crónicas o, promoción de hábitos saludables de vida, nos aliviarán de tener que ver al doctor para determinadas consultas.
Entre ellas encontramos «Doctoralia» para profesionales y pacientes. Esta te permite gestionar las citas médicas y la búsqueda de especialistas, además de ofrecer un servicio de documentación que ayuda al diagnóstico. Por otra parte «SocialDiabetes» ayuda a los pacientes de esta enfermedad a llevar un control y saber cuándo administrar insulina. Finalmente se encuentra «Universal Doctor Speaker«, la cual hará las veces de traductor simultáneo para cuando debas visitar al médico en un país que no tenga tu lengua materna, con lo que además de ayudarnos a hacernos entender, nos aliviará el miedo a caer enfermos cuando viajemos al extranjero.