En Philadelphia, Estados Unidos, una pasajera de la aerolínea JetBlue no la dejaron abordar su vuelo porque envió una serie de tweets sobre la demora en la salida del avión. Hasta ahí -nada malo- teniendo en consideración que las redes sociales son un método de atención al cliente y descargo cuando los servicios fallan.
La chica, llamada Lisa Carter-Knight, además de publicar su molestia por el vuelo, también hizo reparos sobre la sobriedad del piloto a nombre de un pasajero que lo dijo en tono de broma. Esa duda hizo que la aerolínea le hiciera un test de intoxicación en modo de preocupación y así saber si el piloto estaba o no ebrio.
Esta situación hizo que el vuelo saliera con cuatro horas de retraso y cuando se disponían a subir los pasajeros nuevamente a la aeronave, JetBlue le dijo a Lisa que el piloto no se sentía cómodo con ella en el avión y por ello no abordará.
Posteriormente la aerolínea dijo a WMUR-TV que si un pasajero no cumple con las instrucciones de seguridad, exhibe comportamiento objetable o causa conflicto, se le impedirá subir.