Michael Nichols ha pasado los últimos dos años viviendo con leones en Tanzania. Un galardonado fotógrafo y editor, Nichols se aventuró en África en julio de 2011 para documentar una manada de leones para un reportaje publicado en la edición de este mes de National Geographic.
La idea, según la revista, era proporcionar una visión más íntima de la vida cotidiana de uno de los depredadores más temibles del mundo, y fotografiarlos como nunca antes.
Sin embargo, capturar imágenes de los leones de cerca y a nivel del suelo planteaba riesgos evidentes, tanto para la seguridad del equipo de Nichols, como para el bienestar de los animales.
Podrían haber fotografiado fácilmente los leones de lejos con lentes estándar teleobjetivo, pero a la gente de National Geographic se le ocurrió una solución más innovadora: Drones.
Los resultados, publicados la semana pasada en una galería en línea y el sitio Web interactivo de la revista, son nada menos que asombrosos.
Después de extensas pruebas y ensayos, Nichols y director de fotografía Nathan Williamson enviaron un pequeño robot a control remoto al campo para capturar imágenes a pocos centímetros de los leones.
Según indica The Verge, como los leones duermen durante el día y cazan en la noche, el equipo se vio obligado a hacer la mayoría de su trabajo en la oscuridad, iluminando el paisaje de Tanzania con luces infrarrojas montadas en la parte superior de su Land Rover. Los rayos infrarrojos invisibles permitieron a National Geographic capturar escenas sin alterar los hábitos regulares de los leones.
Hubo preocupación por cómo los leones reaccionarían ante el zumbido y el robot pero, según Nichols, se adaptaron rápidamente.
Los Drones han desempeñado un papel cada vez más importante en la conservación de la vida silvestre y el cine en los últimos años. En 2011, un equipo de cineastas utilizó un avión no tripulado para capturar escenas del Parque Serengeti para un documental de televisión en Japón.
Otros investigadores de Kenia, por su parte, han comenzado a utilizar aviones no tripulados para vigilar las zonas susceptibles de caza furtiva de rinocerontes.