El pasado fin de semana se conoció un artículo del diario británico «The Times» que recogía información proveniente de la «Agencia Central de Inteligencia» (CIA) en relación al gigante asiático Huawei.
Dicho medio asegura que existen pruebas contundentes -por parte de esta organización estatal- sobre Huawei y los eventuales financiamientos que ha recibido de parte de distintos organismos relacionados con el gobierno chino.
Estos incluirían fondos del Ejército Popular de Liberación, la Comisión de Seguridad Nacional de China y una tercera entidad de inteligencia china.
Pese a eso, hoy nos enteramos que Theresa May, primera ministra del Reino Unido, dio luz verde a que esta empresa participe de las licitaciones para la implementación de 5G en el país. Desafiando las advertencias de seguridad de sus propios ministros, la Casa Blanca y la mencionada CIA.
Un respiro para Huawei
Recordemos que son 5 los países que cerraron las puertas a esta compañía. Incluyendo a Australia, Nueva Zelanda, Japón, Estados Unidos y Canadá. Y dentro de toda esta tormenta, lo del Reino Unido parece ser un descanso para esta polémica de espionajes que no parece tener una resolución final.
Frente al visto bueno de Theresa May, la compañía china se sintió evidentemente contenta. A tal nivel que decidió enviar una declaración (sin que nadie se la pidiera) sobre este mismo asunto.
«Huawei recibe con agrado la noticia de que el gobierno del Reino Unido estaría dispuesto a permitir que Huawei la ayude a construir su red 5G en el país. Esta luz verde significa que las empresas y los consumidores del Reino Unido tendrán acceso a redes más rápidas y confiables, gracias a la tecnología de vanguardia desarrollada por Huawei. Mientras esperamos un anuncio oficial del gobierno, nos complace que el Reino Unido siga adoptando un enfoque basado en la evidencia y que continuemos trabajando en cooperación con el gobierno y la industria.»
Declaración pública de Huawei.
Aún así, no todo es color de rosa. Si bien la primera ministra entrega este espaldarazo, el gigante chino no podría suministrar a las compañías de telecomunicaciones de los elementos principales para la futura red de quinta generación (5G).