Esto no es algo nuevo, pero ha sorprendido a varios usuarios en Internet en los últimos días y presencialmente a los residentes de Fort Collins en Estados Unidos. Esto porque conejos cola de algodón fueron vistos con protuberancias oscuras que salían de sus cabezas.
Estas formaciones, parecidas a cuernos o tentáculos, son provocadas por el virus del papiloma de Shope, una enfermedad transmitida por insectos como pulgas, garrapatas y mosquitos. Funcionarios de parques y vida silvestre del estado de Colorado indicaron que, aunque llamativos, estos crecimientos suelen ser inofensivos para los animales afectados.
El virus, identificado por primera vez en 1933 por el investigador Richard E. Shope, provoca lesiones en la piel que pueden alargarse y adquirir un aspecto de asta. Este tipo de infección ha aparecido antes en la región y se vuelve más común en los meses cálidos, cuando aumenta la actividad de los insectos que lo propagan. Aunque las lesiones no duelen, sí pueden dificultar que el conejo vea o se alimente si se desarrollan cerca de los ojos o la boca.
Un virus que afecta a los conejos
La enfermedad, conocida también como cottontail rabbit papillomavirus (CRPV), afecta principalmente a conejos silvestres del género Sylvilagus, pero también puede presentarse en conejos europeos y domésticos. En animales de compañía suele manifestarse de forma más grave, por lo que especialistas recomiendan atención veterinaria inmediata si se detectan protuberancias similares. No existe riesgo de contagio a humanos o a otras especies de mascotas.
En casos graves, los tumores pueden volverse malignos, aunque la mayoría permanecen benignos y el sistema inmunitario del animal logra eliminarlos con el tiempo. El tratamiento veterinario, cuando se aplica, puede incluir medicamentos antivirales o cremas tópicas para reducir las lesiones y prevenir su reaparición.
Las autoridades de Fort Collins recibieron más de una docena de reportes recientes, aunque algunos corresponden al mismo ejemplar avistado por distintos vecinos. En redes sociales, las imágenes se viralizaron y generaron apodos como «conejos zombie» o «conejos Frankenstein». Históricamente, la presencia de estos crecimientos ha sido vinculada con la leyenda del jackalope, un supuesto conejo con astas que forma parte del folclore norteamericano.