Hugh Nelson, de 27 años y originario de Bolton, Reino Unido, fue condenado a 18 años de cárcel por la creación y distribución de imágenes explícitas de abuso infantil mediante el uso de inteligencia artificial. Nelson empleó un programa de modelado llamado «Daz 3D», que le permitió transformar fotografías normales de niños en representaciones gráficas explícitas, muchas de ellas realizadas a petición de otros delincuentes que le facilitaban imágenes de menores reales.
Con la condena de Nelson es la primera vez que en el Reino Unido se aplica una sentencia por este tipo de delito, después de una investigación llevada a cabo por la policía de Manchester (GMP, por sus siglas en inglés). Nelson, quien acumuló alrededor de $6.500 dólares a lo largo de 18 meses vendiendo estas imágenes en línea, también fue acusado de incitar a otros delincuentes a cometer actos de violencia y abuso sexual contra menores, con quienes mantenía contacto por Internet.
Creación de imágenes abusivas mediante IA
Durante la investigación, los agentes de la GMP descubrieron que el pervertido utilizaba el mencionado programa con el propósito de crear las escenas y modelos primero, y posteriormente alimentar un algoritmo de inteligencia artificial —que es parte de una suite de herramientas que incluye el software— para generar las fotografías. Esto es importante mencionarlo porque «Daz 3D» es un programa diseñado originalmente para crear modelos en 3D, no deepfakes, y que fue utilizado ilegalmente por Nelson para producir estas escenas explícitas que vendía en línea.
En varias ocasiones, el acusado discutía detalladamente en foros clandestinos sobre las prácticas abusivas representadas en sus imágenes, afirmando que había generado recreaciones de actos violentos como asfixia, decapitación y otros abusos graves. Las autoridades lograron identificar a este sujeto tras una operación encubierta en la que un agente de la policía se contactó con él, haciéndose pasar por un comprador interesado. En una de las conversaciones interceptadas, Nelson se jactaba de haber realizado imágenes de abusos extremadamente gráficos y mencionaba que cobraba cerca de 80 libras ($104 USD) por cada imagen personalizada.
La policía encontró además numerosos mensajes en los dispositivos de Nelson, en los cuales incitaba a otros a cometer delitos sexuales, especialmente en contra de niños menores de 13 años. La investigación también logró identificar potenciales víctimas y otros sospechosos a nivel mundial, incluyendo en países como Estados Unidos, Italia y Francia.
Aumento del abuso infantil digital
El caso de Hugh Nelson es un ejemplo de las dificultades que enfrentan las autoridades para combatir el abuso infantil digital, especialmente con el aumento de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial. Según la policía de Manchester, las imágenes generadas por computador y los deepfakes se están volviendo comunes en investigaciones de abuso sexual, incrementando la complejidad de estos casos debido a las limitaciones de la legislación actual para abordar adecuadamente este tipo de contenidos.
Durante el juicio, el juez Martin Walsh calificó las imágenes producidas por Nelson como «perturbadoras» y señaló la gravedad del daño causado al distribuir material tan explícito. Agregó que era «imposible saber» si alguno de los menores involucrados había sido objeto de abusos físicos adicionales a raíz de la circulación de estas imágenes.