El youtuber rumano, Julius Makes, desarrolló un prototipo funcional que permite transmitir música en streaming, como Spotify, a un casete real, combinando tecnologías análogas y digitales en un mismo equipo. El proyecto, de fabricación artesanal y sin planes comerciales, convierte las señales digitales de audio en analógicas, que luego se registran sobre la cinta y se reproducen mediante un altavoz incorporado.
El dispositivo, concebido como un experimento técnico, fue diseñado para explorar el carácter sonoro de los medios magnéticos en un contexto dominado por la escucha digital. Su construcción requirió un proceso manual preciso, con componentes personalizados y soluciones electrónicas adaptadas para mantener la estabilidad del sonido.
Mira el proceso de Julius Makes a continuación:
Un casete que recibe música por Bluetooth
El aparato, denominado «Cassette Streamer», recibe la señal desde un teléfono u otro emisor vía Bluetooth, la procesa mediante una placa de conversión digital-analógica y la transforma en una señal de una sola vía. Esa señal se graba en tiempo real sobre la cinta del casete, que vuelve a pasar inmediatamente por la cabeza lectora del reproductor. El resultado genera un ligero efecto de retardo y una distorsión lo-fi característica de los soportes magnéticos.
El diseño físico expone la cinta en movimiento en la parte frontal, con piezas impresas en 3D que guían el recorrido y un medidor VU fluorescente reciclado de un escáner que responde a la intensidad sonora. El chasis metálico fue cortado a medida y ensamblado con componentes diseñados en KiCad, mientras que las perillas y el panel transparente se fabricaron especialmente para el proyecto.
Dificultades en su construcción
El Cassette Streamer incluye controles analógicos para el nivel de grabación y el volumen, además de conectores de un cuarto de pulgada que permiten usarlo como pedal de retardo por cinta para instrumentos. El sistema combina un preamplificador y un circuito de salida que corrige las irregularidades de la grabación, manteniendo el carácter propio del casete sin comprometer la estabilidad del sonido.
Julius Makes describió la fabricación como un proceso complejo, en el que debió ajustar la electrónica para evitar ruidos de interferencia y coordinar el funcionamiento de los distintos módulos. El proyecto surgió como una exploración del sonido analógico frente a las plataformas digitales, en un momento en que diversos creadores y aficionados retoman dispositivos clásicos para experimentar con nuevas formas de escucha.




