Aproximadamente 800 manifestantes se congregaron en las inmediaciones de la planta de Tesla en Grünheide, cerca de Berlín, en un intento por asaltar las instalaciones debido a los planes de expansión de la fábrica. La organización «Disrupt» lideró la protesta, la cual afirma que la ampliación causaría daños ambientales significativos, tanto localmente como en países donde se mina el litio necesario para las baterías de los vehículos eléctricos, como Argentina y Bolivia.
Un portavoz de la policía de Brandeburgo, Mario Heinemann, confirmó que impidieron la entrada de los manifestantes a las instalaciones, con varios detenidos y reportes de daños a automóviles Tesla cercanos. Según fuentes, el enfrentamiento resultó en varios heridos, aunque el número exacto no fue especificado.
Tesla, un enemigo del medioambiente para Disrupt
Los manifestantes, que inicialmente protestaron contra la deforestación para la construcción de la Gigafactory en 2020, renovaron sus esfuerzos tras la solicitud de Tesla de despejar 170 acres adicionales. Ellos argumentan que no sólo se destruiría más bosque, sino que también aumentaría la presión sobre los recursos hídricos locales.
La policía, anticipando las protestas que comenzaron el miércoles y que se extenderán por cuatro días, se preparó para operativos extensos con apoyo de la policía federal y otras fuerzas estatales. Manifestaron estar preparados para cualquier resultado, pacífico o no, y aseguraron que intervendrían resueltamente en caso de crímenes.
Elon Musk, CEO de Tesla, respondió a las protestas minimizando su impacto y cuestionó por qué la policía alemana era más indulgente con los manifestantes de izquierda, a través de su plataforma social X. Además, la fábrica cerró el viernes como medida de precaución ante la acumulación de manifestantes.