El CEO de Boeing, Dave Calhoun, ha anunciado que dejará su cargo a finales de 2024. Una situación que sigue a una serie de problemas de seguridad que han manchado la reputación de la compañía, incluyendo el reciente incidente con el avión de Alaska Airlines donde se soltó una puerta en pleno vuelo. Esta crisis también ha llevado a la renuncia de varios ejecutivos de alto nivel, incluidos Stan Deal, presidente y CEO de Boeing Commercial Airplanes, y Larry Kellner, presidente de la junta. Steve Mollenkopf, miembro de la junta y ex CEO de Qualcomm, reemplazará a Kellner.
La salida de la alta dirección de Boeing llega en un momento de desconfianza pública en la empresa debido a cuestiones de calidad. La Administración Federal de Aviación (FAA) puso en tierra los modelos 737 Max en enero tras el incidente del vuelo de Alaska Airlines. Una investigación interna reveló que muchos aviones de Boeing tenían tornillos sueltos. Recientemente, las principales aerolíneas han expresado su preocupación, solicitando reunirse con el fabricante para discutir su estrategia de control de calidad.
Los problemas de Boeing con Alaska Airlines han provocado un mayor escrutinio sobre las medidas de seguridad de la empresa. La FAA concluyó que no había evidencia objetiva de un «compromiso fundamental con la seguridad» en Boeing. Además, un antiguo gerente de la compañía recientemente expresó al LA Times que «definitivamente no volaría en un avión Max».
La baja del CEO de Boeing no ha sido el único traspié
El escándalo actual no ha sido el primer gran desafío para la empresa. El sistema de aceleración defectuoso de los aviones de Boeing fue responsable del accidente de un avión indonesio en enero de 2021, que mató a 62 personas a bordo. En 2019, Boeing asumió plena responsabilidad por el accidente de un 737 Max etíope que resultó en la muerte de 157 pasajeros.
Boeing se ha visto obligado a reevaluar sus prioridades y cultura interna frente a estos desafíos. A pesar de los esfuerzos por reformar las prácticas de seguridad y calidad, la percepción pública y la confianza en la empresa se han visto significativamente afectadas.
Dave Calhoun, en un intento de responder a esta crisis con humildad y transparencia, enfatizó la importancia de un compromiso total con la seguridad y la calidad en todos los niveles de la empresa. Los cambios en la dirección de Boeing buscan abordar estos problemas culturales y de calidad, esperando restaurar la confianza tanto en los reguladores como en el público viajero.