Chile abre las puertas a un nuevo negocio en el mundo de la astronomía. Y se trata de la fabricación de espejos para telescopios que no están hechos de vidrio, sino de fibra de carbono. Estos fueron presentados por el «Núcleo Milenio de Formación Planetaria» (NPF), a cargo de la astrofísica del «Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso», Amelia Bayo.
El uso de este material, que es único en Chile, representa un paso relevante para la ciencia a nivel mundial, dado que actualmente los espejos que utilizan los telescopios profesionales están hechos de vidrio y se importan desde el extranjero.
Según Bayo la utilización de la fibra de carbono por sobre el vidrio en la fabricación de espejos tiene una ventaja muy grande, y es su peso. Por ejemplo un espejo tradicional puede pesar 300 kilogramos y uno similar -en diámetro- hecho de fibra de carbono podría pesar sólo 5 kilogramos. Reduciendo los costos en la fabricación de todo el telescopio.
Además la fibra de carbono puede ser flexible al someterse a altas temperaturas y, por lo tanto, es capaz de amoldarse a la forma deseada, rigidizándose una vez que se cura.
Los primeros resultados positivos con este tipo de espejo fabricado en nuestro país, son fruto de un trabajo de dos y medio, marcando un gran hito de las labores del NPF. Diseñar y producir los espejos indispensables para el éxito de «Planet Formation Imager» (PFI), proyecto cuyo principal objetivo es resolver espacialmente el radio de acción gravitatorio de un planeta en formación en el infrarrojo térmico.
El NPF es un proyecto de colaboración albergado por la Universidad de Valparaíso y la UTFSM, y financiado por la Iniciativa Científica Milenio. En el ámbito de los espejos de fibra de carbono existe una alianza estratégica con el Centro Tecnológico de Valparaíso (CCTVal) y el proyecto ha sido apoyado por fondos del comité Mixto ESO-Gobierno de Chile, y ANID vía proyectos QUIMAL y ALMA.