Desde los primeros intentos hace ya 10.000 años hasta hoy, los envases han evolucionado junto al ser humano. Mientras que al principio solo buscaban contener alimentos o agua, conforme la sociedad se desarrolló se hizo necesario crear envases que permitieran transportar e incluso conservar bienes perecederos.
Hoy, en el centro de desarrollo de Nuevos Materiales del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística ITENE, en España, Mercedes Hortal y su equipo trabajan para crear los envases del futuro, que no solamente conservarán mejor los alimentos sino que mejorarán sus propiedades e incluso avisarán cuando se acerque la fecha de vencimiento.
Según la experta, el principal problema de los envases actuales es que los residuos aumentan conforme crece la población mundial, aunque se reciclan cada vez más.
«Por otra parte, las materias primas actuales se terminarán y necesitamos encontrar alternativas», explica Hortal.
La científica añade que los envases tienen que adaptarse a las necesidades y la nanotecnología es una forma de conseguirlo.
Los envases del futuro
Hortal dice que los envases que están desarrollando interaccionarán con el producto que llevan en el interior, proporcionando nuevas características o evitando que se deterioren con el paso del tiempo.
«Lo que buscamos es alargar la vida útil para que se desperdicie la menor cantidad posible de producto, sea farmacéutico, cosmético o alimentario», recalca Hortal.
La científica dijo a Sinc que ya se utilizan materiales de fuentes renovables, pero son más caros.
«Ajustar los precios y los costes es uno de los grandes retos para su salida comercial. Por ello intentamos reducir la cantidad de material, algo que conseguimos aplicando los nanomateriales», asegura.
Según Hortal, muchos de estos desarrollos ya están en el mercado, aunque les queda un paso más para que lo estén al cien por cien.