Investigadores del Instituto tecnológico de Georgia han creado una batería que se recarga mediante presión y el primer prototipo ha sido probado en suelas de zapatos. Además, los creadores aseguran que sus aplicaciones podrían llegar al mundo de los smartphones.
Los investigadores Xinyu Xue, Sihong Wang, Wenxi Guo, Yan Zhang y Zhong Lin Wangha observaron que solamente era necesario caminar a un paso estándar para recargar la batería, ya que con una determinada presión sobre la misma se generara una recarga de tensión creciente y almacenable.
Asimismo, los científicos dijeron que la energía almacenada en su interior sufre muy pocas pérdidas debido a que la tecnología que emplearon es más eficiente que las baterías convencionales. Esto se debe a que reduce el proceso de conversión de energía en dos pasos, como es habitual, a un sólo paso, mediante una conversión mecánica-química.
Para ello, los investigadores eliminaron un plástico que separa dos partes de la batería y lo sustituyeron por una película PVDF. Esto produce una ligera tensión una vez se presiona.
Cuando se adjunta una pila de botón, la presión de caminar durante cuatro minutos aumenta la tensión de la batería de 327 a 395 mV. En un espacio de tiempo tan corto, los cambios de energía son muy significativos.
Aunque este voltaje es demasiado bajo como para recargar la batería de un smartphone, esta tecnología ya está preparando el terreno hacia las baterías auto-recargables.
El siguiente paso es encontrar materiales más flexibles que permitan añadir más presión al material y generar una mayor energía. Además, también se tendrían que encontrar acciones habituales en las que se ejerza presión de forma no forzada.
Las aplicaciones de esta tecnología son infinitas, pero los investigadores ven en la electrónica de las telecomunicaciones una importante salida de mercado.
Y a pesar de que resulta difícil imaginar cómo se podría aplicar esta tecnología de presión directamente en un dispositivo, existen otras opciones. La más lógica es crear zapatillas o accesorios para suelas que sean, en sí mismos, puntos de recarga. De esta forma, los usuarios tendrían un sitio donde enchufar su dispositivo donde quiera que se encuentren.