Lo que en otro tiempo fueron los tornos de los conventos, o puertas de casas, hoy se ha convertido en tecnificados buzones para dejar bebés en Alemania. Así lo indica un reportaje publicado en elmundo.es.
La decisión fue tomada luego de que apareciera un bebé congelado a las puertas de una clínica alemana donde su madre lo había dejado una noche de invierno.
Las cunas inteligentes, o Babywiege, cuentan con una tecnología que detecta en cuanto recibe un cuerpecito en su interior y, automáticamente, enciende un sistema de calefacción y activa una alarma que alerta al personal de algún hospital cercano para que personeros del mismo que acudan rápidamente a recoger al niño y proceder a los exámenes médicos correspondientes.
El proceso está pensado para evitar abortos y permite un total anonimato. El bebé pasa a estar bajo custodia del Estado alemán, que en la mayor parte de los casos los entrega en adopción a familias de historial comprobado.
Junto al buzón, hay un pliego con instrucciones sobre lo que debe hacer la madre en caso de que quiera recuperarlo.
Mediamte este sistema, Alemania pretende reducir el índice de abortos y la muerte de infantes.
Según el reportaje, en Europa ya hay instalados alrededor de 200 buzones de este tipo.