Investigadores de la University College London (UCL) desarrollaron un tipo de fibra ultrafina, similar al spaghetti, con aplicaciones médicas e industriales. Estas fibras, con un diámetro promedio de 372 nanómetros, son aproximadamente 200 veces más delgadas que un cabello humano promedio, según informó la propia casa de estudios. Este avance, detallado en la revista científica Nanoscale Advances, es un verdadero hito en la creación de nanofibras utilizando harina como material base.
El equipo de químicos detrás de este logro está liderado por Beatrice Britton y Adam Clancy quienes crearon estas fibras mediante un proceso conocido como ‘electrohilado’. Usando una mezcla de harina y ácido fórmico, aplicaron una carga eléctrica para estirar el material a través de una aguja hasta formar fibras microscópicas. Este método permite evitar el costoso y contaminante proceso de purificación del almidón, dado que la harina es rica en este compuesto biodegradable y renovable.
Creando un spaghetti ultradelgado
El artículo publicado en Nanoscale Advances precisa que el diámetro de las fibras es de 372 nanómetros, un tamaño que las hace mil veces más delgadas que cabellos gruesos de 100 micrómetros. Sin embargo, según la publicación de la universidad, estas fibras son 200 veces más delgadas si se comparan con cabellos finos, cuya medida promedio ronda los 20 micrómetros. Ambas cifras subrayan el extraordinario nivel de miniaturización alcanzado y para que no se confundan con las referencias.
Aunque no está pensado como un alimento, esta ‘nanopasta’ tiene aplicaciones prometedoras en medicina. Las nanofibras podrían usarse en vendajes porosos que permitan la entrada de humedad, pero bloqueen bacterias, y como andamios para regeneración ósea y tisular. Además, podrían servir como base para la administración controlada de medicamentos.
Adicionalmente, según lo explicado, los científicos tuvieron desafíos técnicos al trabajar con harina, que contiene proteínas y celulosa, aumentando la viscosidad de la mezcla. Ajustando parámetros como la temperatura y el tiempo de procesamiento, lograron formar fibras consistentes. El próximo paso será evaluar la interacción de las fibras con células humanas y explorar su producción a escala industrial.