La plataforma de música por streaming, Spotify, ha anunciado cambios significativos en su política de pagos a los artistas. A partir de ahora, las canciones que no alcancen al menos 1.000 reproducciones anuales no serán elegibles para recibir pagos. Esta decisión ha generado diversas reacciones en la industria musical, especialmente entre los artistas emergentes y de menor escala.
Esta nueva política no afecta únicamente a los artistas con pocas reproducciones, sino también al contenido catalogado como «ruido». Es decir, grabaciones como el sonido de la lluvia o música de fondo para relajación, que si bien son populares en este servicio de música, ahora enfrentan restricciones. Spotify ha decidido que sólo las grabaciones de ruido con una duración superior a dos minutos serán elegibles para pagos, y está considerando ajustar el modelo de regalías para este tipo de contenido, manteniendo los pagos más bajos en comparación con las canciones.
La razón detrás de los cambios de Spotify
Lo que buscan con estas medidas es combatir el fraude y la creación de contenido artificial. La empresa menciona que algunos creadores de contenido fraudulento intentan manipular el sistema publicando una gran cantidad de pistas con el objetivo de generar pequeñas cantidades de dinero que, acumuladas, representan una suma significativa. Al establecer un umbral de 1.000 reproducciones, la plataforma busca frenar estas prácticas.
Además, se ha indicado que el 99.5% de todas las transmisiones ya cumplen con este umbral, pero el 0.5% restante representa sólo unos 40 millones de dólares al año. Con estos cambios, Spotify espera redistribuir aproximadamente 1 mil millones de dólares adicionales a los artistas en los próximos cinco años. Sin embargo, la compañía no ha proporcionado detalles concretos sobre cómo se realizará esta redistribución.
Cabe destacar que la decisión de la plataforma de no pagar por canciones con menos de 1.000 reproducciones anuales podría afectar la viabilidad de muchos artistas emergentes en este servicio de música. Por otro lado, la medida también refleja un ajuste en el modelo de negocio de Spotify, que busca equilibrar la remuneración justa a los artistas con la sostenibilidad de su plataforma.