El Gobierno de Nepal decidió poner fin al programa que durante más de una década buscó reducir los desechos acumulados en el Monte Everest, tras determinar que la medida no logró resultados concretos. La iniciativa obligaba a los escaladores a pagar un depósito de $4.000 dólares, reembolsable solo si descendían con al menos ocho kilogramos de basura recogida durante la expedición. Sin embargo, pese a su aplicación desde 2014, los campamentos superiores del Everest continúan cubiertos por decenas de toneladas de residuos.
Un sistema costoso y sin impacto real
Autoridades del Departamento de Turismo explicaron que el plan se convirtió en una carga administrativa y no logró disminuir la contaminación en las zonas más altas, donde la recogida resulta más compleja y peligrosa. Aunque la mayoría de los montañistas recuperó su depósito, los desechos que se devolvían provenían principalmente de los campamentos inferiores, dejando intacta la acumulación en el Collado Sur, el último punto antes de la cumbre.
Tshering Sherpa, director del Sagarmatha Pollution Control Committee, organismo responsable del control ambiental en la región, señaló que los escaladores suelen regresar solo con botellas de oxígeno vacías, mientras tiendas, envases y restos de comida permanecen abandonados en la montaña. Cada alpinista genera en promedio unos 12 kilogramos de residuos durante las seis semanas que puede durar la aclimatación y el ascenso.
Nueva tarifa para financiar limpieza del Monte Everest
El Ministerio de Turismo reemplazará el sistema de depósito por una tasa no reembolsable de limpieza, que también será de $4.000 dólares por persona. Los fondos se destinarán a establecer puntos de control en los campamentos superiores y a desplegar guardabosques encargados de supervisar el cumplimiento de las normas de retorno de desechos. La medida será parte de un plan quinquenal de acción para la limpieza de montañas, que incluirá infraestructuras de recolección y tratamiento en el campo base.
Funcionarios nepalíes indicaron que la nueva tasa permitirá crear un fondo estable para financiar operaciones de limpieza y monitoreo, algo inexistente bajo el esquema anterior. El plan también contempla estudios sobre la reubicación del campamento base, afectado por el retroceso glaciar y el impacto ambiental de las expediciones. Aunque no existen cifras oficiales sobre la cantidad total de residuos, se estima que en el Monte Everest permanecen entre 40 y 50 toneladas de basura, incluidos desechos humanos que no se descomponen por las bajas temperaturas. El número de escaladores, cercano a 400 por temporada, sigue aumentando y plantea un reto creciente para la sostenibilidad del turismo de alta montaña en Nepal.




